Capítulo 6

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-¿Es que no llevas una sillita de coche para ella?-preguntó Sabrina tratando de seguirle el paso a Chloe al entrar a la escuela.

-Odio las correas esas, le arrugan toda la ropita -contestó para luego voltear a ver a Sabrina que tenía cargada a su bebé -Oye, ponle los calcetines, se le están cayendo. Necesita ese toque de rosa para que le funcione el look.

Sabrina le subió los calcetines al bebé, pero ni estaban estirados del todo ni a la misma distancia del tobillo.

-¿Es que yo tengo que hacerlo todo?-se preguntó Chloe en voz alta con un bufido mientras se los ajustaba con sumo cuidado a su hija de juguete.

A todos les sorprendía que Chloe, a su manera, se preocupara tanto por su bebé, aunque solo fuera por su aspecto. La habían emparejado con Kim para el proyecto de clase, pero él casi no había hecho nada del trabajo, Chloe se había encargado de todo: la ropa, la comida, los arrullos, el pañal... claro que Sabrina le ayudaría con la parte de cargarlo a todos lados y cuidarlo cuando Chloe tuviera algo "importante" que hacer.

Había pasado una semana desde que comenzaron a cuidar a sus muñecos y hoy era el día en que debían entregarlos. Adrien y Marinette estaban algo incómodos con la idea de tener que regresar a su bebé aunque ninguno quisiera admitirlo.

Emma se había convertido en su excusa diaria para pasar tiempo uno con el otro. Ese pequeño experimento los había convertido en los mejores amigos. Se la pasaban todo el día en casa de Marinette y sus padres ya conocían a Adrien y le hablaban con familiaridad. Habían intercambiado números unos días atrás y desde entonces todos los días sin falta antes de dormir se mensajeaban para darse las buenas noches. Y aunque no estaba dicho, era más que obvio que les preocupaba que al ya no tener a esa muñeca, ya no tendrían una razón para pasar tiempo juntos.

Entraron a la clase sin mediar palabra y tomaron asientos. La profesora dio un pequeño regaño indirecto a los irresponsables padres que habían devuelto los muñecos en mal estado y felicitó de igual manera a quienes habían hecho un buen trabajo.

-Espero que este proyecto les haya enseñado algo -dijo la maestra muy seria -Ahora pueden pasar a dejar los muñecos en una de las cajas que están aquí junto con sus pulseras.

Todos se levantaron de sus lugares para ir hacia las señaladas cajas y poder liberarse de la responsabilidad que habían sobrellevado toda una semana. Marinette dejó a Emma cuidadosamente en la caja y tanto ella como Adrien se quitaron sus pulseras. Marinette volvió a su asiento con la mirada algo triste y vió cómo Adrien permanecía mirando la caja. Se había encariñado con Emma por alguna razón que desconocía y ahora le estaba costando dejarla. Besó la punta de sus dedos para después poner su mano sobre la frente de la muñeca a manera de despedida y procedió a volver a su asiento.

Al volver, Marinette le dedicó una tierna mirada seguida de una sonrisa reconfortante. Comprendía perfectamente cómo se sentía. Ella también había desarrollado una especie de instinto maternal hacia Emma; lo que le parecía bastante ridículo como para admitir ya que ella era tan solo un juguete. Pero pensó que después de todo no era tan raro. El propósito del experimento era ese y al menos sabía que no era la única y que Adrien lo entendería... como siempre.

-¿Estás bien?-preguntó a él aunque ya sabía la respuesta.

-Supongo -respondió Adrien no muy seguro -¿Y tú?

-Lo estaré -contestó tranquilamente.

A Adrien le inquietaba el hecho de que ya no podría buscar a Marinette a cada rato con la excusa de que iban a cuidar a la niña juntos. Tenía que hallar la forma de no alejarse por completo de ella. Había una pregunta que había estado rondando en su cabeza desde que se revelaron sus identidades, una conversación que había practicado en sus pensamientos toda la semana. Quería pedirle a Marinette que fuera su novia. Pero no sabía cómo reaccionaría, o que pasaría si en realidad aceptara, o aun peor, si lo rechazara. No había forma de conocer sus pensamientos o controlar sus decisiones. Tenía que arriesgarse.

El día se pasó más rápido de lo que imaginaba. La campana sonó y todos excepto Adrien y Marinette abandonaron el aula.

-¿Qué sucede Adrien?¿Qué querías preguntarme?

-Pues... yo... quería saber si tu... querrías ser... mi novia -sonó mucho más nervioso de lo que pretendía.

Marinette no podía creer lo que escuchaba. Lo consideró un momento. Su repentina amistad con Adrien había metido cientos de dudas en su cabeza y no estaba segura de querer arruinar la buena relacion que tenían ellos como amigos en ese momento. Asi que levantó su mirada y dio su respuesta.

-No

Adrien guardó silencio. No sabía que hacer e intentó reaccionar de la mejor manera posible.

-Lo... lo entiendo...

Agachó la cabeza y se dió media vuelta para retirarse. Apenas había dado dos pasos cuando escuchó la voz de la chica y se giró nuevamente hacia ella.

-¿No prefieres invitarme a algún lado primero?-preguntó ella con inocencia y un fuerte sonrojo.

Adrien estaba completamente confundidio en el buen sentido. Un montón de emociónes se acumulaban dentro de él. Asi que decidió seguirle el juego.

-¿Te gustaría venir a mi casa esta tarde?-preguntó algo más tranquilo.

-Es una cita -respondió Marinette con una sonrisa.

Esas palabras fueron suficientes para hacer que en el rostro de Adrien apareciera una enorme sonrisa de satisfacción.

-Pasa por mi a las 7:00

-Me parece bien my Lady -dijo Adrien antes de besar su mano para luego salir de la escuela e ir directamente a su casa con mucha felicidad y emoción para poder preparar todo para su cita con Marinette.

Todo debía estar perfecto para ella. Porque ella era especial.
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Hola!
Les pido una disculpa por no actualizar ayer. Me siento muy mal por eso pero esque no tenía inspiración. Pero por eso el capítulo de hoy es largo asi que disfruten.
Bye!

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