Cinco años después

78 2 0
                                    

Reencontrarme cinco años después con Realidades Invertidas me obliga a repensarme. Ese “yo mismo de antes” me interpela. Es evidente que he cambiado, pero ¿Qué hay de constante y qué de diferente cinco años después?

Ya no tengo ese impulso psicotico-suicida que me inspiraba, que me forzó a escribir Angustia. Ni tengo tampoco la pretensión de cientificismo que me impuso Crisis, pues entonces apenas conocía lo que era la ciencia.

Conservo la misma pasión, mas sin aires de grandeza.

Lo que indudablemente permanece es la fuerza de mi discurso, o de las convicciones, aunque cambia la forma. Mi estúpida tesis era, por estúpida, tambien intolerante. En tal sentido hoy prefiero ser menos agresivo, porque elijo posicionarme en la vereda de en frente. Elijo, por ejemplo, comprender diferentes realidades socioculturales. Entiendo que, constantemente, las sociedades cambian y asumo que la “evolución negativa” no es posible. Creo que cuando hay cambio, hay evolución en algún sentido, y siempre la evolución es positiva.

Tanto tiempo pasé avergonzado de lo que había escrito, que es imposible no sentirme repudiado por ese “yo mismo de antes”. Pues si por algo publico estos textos es para eso, para forzarme a reflexionar. Realidades Invertidas ya cumplio su objetivo más concreto. Pero, ¡Que lindo sería contagiar a otros jóvenes, que como yo entonces, necesitan ser comprendidos!

No recomiendo este libro más que a los que considero mis amigos. Esta obra comprueba la teoría de que hoy cualquiera puede publicar cualquier cosa. Al mismo tiempo es una evidencia de que con esfuerzo uno siempre puede alcanzar sus objetivos. ¿Quién iba a decirlo? Mi libro es en el fondo una declaracion de fe. Aun cuando me considere profundamente antirreligioso.

Este “escrito” (como me gustaba llamar a mis textos entonces) no es una justificación de mis barbarismos. No es una defensa. No es un ensayo que prologa a otros ensayos, porque también carece de rigor academico cuando es absolutamente autoreferencial. Esta es una advertencia al lector: No lea este libro si busca algún rigor, fuentes, referencias bibliograficas, o si pretende saber más que antes acerca de algo. Este libro es más producto de la perseverancia que de la razón.

Y al final, Si todo anda mal es la prueba escrita de que he podido sobrevivir.

Realidades InvertidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora