Capítulo 15.

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Sixteen days...
[The end]

Un simple once de Junio de un año que ni se recordaba. Becky abrió los ojos. Tenía un vendaje en la cabeza. Algunos mechones de cabello se escapaban de allí, correteando por su hombro. Tenía ganas de vomitar. Miro a su alrededor. Sus padres dormidos en una silla. Oía las voces de sus hermanos, fuera. Se cruzó con la mirada de Austin. Que estaba quieto. Inmóvil. Delante de ella. Se acercó y se sentó en la cama. Nunca había visto el rostro de Austin tan pálido. Nunca lo había visto tan mal, tan triste.

Por sus ojos rojos sabía que había estado llorando. Él le cogio la mano, temblorosa.

-¿Cuánto hace que esto aquí?- susurro Becky.

-Desde ayer por la mañana. Te encontré desmayada en el lavado...

-Vaya...- sonrío- Siempre eres tú el que me lleva al hospital.

Austin empezó a llorar. Quería abrazarla, quería decirle : "Nena, quédate conmigo, no te vayas". Quería sacarle una sonrisa, quería...quería tanto a Becky. Ella tiro de el, haciendo que el la abrazara. Él sabía que no podía abusar, que no estaba bien, que era frágil, más en esos momentos.

-¿Por qué lloras, pequeño?- le susurró Becky despacio. El la miro a los ojos. Apoyó su frente contra la de Becky, mientras su lágrimas aún no saciaban. Y no tenían intención de hacerlo. -Tendrías que estar feliz de que estoy aquí viva.

-Lo sé- Austin hizo una mueca de dolor intentando no llorar más. El labio le temblaba -pero...

-¿Pero...?- Becky lo apretó contra si. Lo quería sentir cerca de ella. Quería gritar que estaba viva... -¿Qué pasa Austin?-

-Que...- el trago saliva

-¿Dijo algo el doctor?- le acarició la mejilla. Él asintió -¿Qué dijo el doctor Austin?-

-Joder, es tan difícil...- agacho la cabeza hacia sus labios. Los beso suave, delicadamente - Becky...-

-Dimelo...- suplico ella. -Dimelo, nada puede estar peor...-

-Si, si lo está.- más lagrimas resbalaron por sus párpados -el doctor dijo que si vives es gracias a la conexión que tienes con la maquina...

Becky se quedo perpleja.

-La operación no salió bien...- continuó, sollozando, con la voz ahogada.

Becky sonrió. Aunque las lágrimas también inundaron sus ojos.

-Hey...- dijo alzó así el rostro de su amado -No pasa nada...se veía venir...- suspiro - Austin, hazme un favor.-

Él negó con la cabeza.

-Si pasa, Becky...eres mi completa vida...no puedes irte.-

-Austin, escúchame...- le pidió Becky, entrelazando sus dedos con las manos de él -Vas a levantarte, vas a dejar de llorar, vas a desenchufarme de la máquina, y lo último que voy a ver antes de morir, va a ser a ti sonriéndome-

Austin quedo aún más perplejo. No podía ser que ella, ella...el amor de su vida le estuviera pidiendo la...no. Austin negó con la cabeza de nuevo.

-Porfavor...- le pidió Becky. Sus lagrimas resbalaron enmarcando su hermosa cara sin maquillar. Era preciosa.

-No me puedes pedir que te mate- susurro Austin con la garganta que le ardía -Debe haber otra solucion...tú no...tú no puedes...-

-Austin asúmelo. Estoy muerta, esto ya no durará más. Termínalo tu.

-¡No! No puedes pedirme eso.- suplico -Mi amor, por favor...- sus pequeños ojos color chocolate se inundaron de nuevo -Te amo tanto...tanto.

Becky se inclinó y beso sus labios por última vez. Para siempre.

-Bebe...- le apretó la mano - Si alguien tiene que hacerlo, ese eres tú...ayúdame.

-¡No!- Austin se negó a hacerlo -Si tú mueres yo también.

Becky empezó a llorar, intentando no hacer escándalo para no despertar a sus padres. Austin se apartó las lágrimas. Alzo la cabeza de Becky por la barbilla y la miro, serio.

-Solo arrancaré esos cables si dejas que me vaya contigo-

-Nunca desearía tu muerte- admitió Becky -No puedo darte el si.

-Gatita, por favor...quiero estar junto a ti para siempre. No puedes irte sin mi...

Ella apretó los labios, intentado no volver a llorar. Lo abrazo fuerte. Austin supuró. Inhalando el olor de su pequeña.

Simplemente a ella...a su amor, a su niña. Se separó lentamente y fue a buscar algo a su bandolera. Becky apoyó la cabeza en la pared. Sabía lo que él buscaba. Lo espero sentada en la cama. Pronto él volvió con ella. Dejó a un lado la jeringuilla cargada de una dosis excesiva de insulina.

-Austin...-

-Shhh...- la miro, arremangándose una de las mangas -si, estoy seguro.

Becky miro hacia arriba, como si buscara algo. Como si esperara un milagro.

-No puedes morir por mi...

-Tonta- el la miro y sonrío - Sabes que si te marcharas sola...yo ya no tendría motivos para vivir.-

Cogio la jeringuilla y la clavo en su brazo. Apretando. Inyectando hasta la ultima gota. Abriendo paso a la muerte...En un diabético era más fácil que la azúcar corriera por su cuerpo. Y pronto toda aquella insulina haría que la sangre parara de circular por sus venas.

Austin apartó los cables de alarma del cuerpo de Becky. Así los médicos no podrían enterarse de lo que estaba pasando. Los dejo a un lado y se sentó en una silla, al lado de Becky. Apoyó su cabeza en el vientre de ella. Con una mano agarraba la de Becky y con la otra, los cables que permitían que ella siguiera con vida.

-Ne cuanto sienta que la sangre ya no corre por mis venas...- susurro con dificultad - tirare de los cables.

Becky asintió. Si hablaba comenzaría a llorar. Austin estaba envuelto en una capa de sudor. Le costaba respirar. Ella sintió como apretaba su mano. Dirigió la otra hacia el rostro de Austin y acaricio su cara, tirando algunos mechones hacia atrás.

-Austin...esto es una locura- dijo entre sollozos - no debiste...

-Ya está- el la miro, sonrío, a pesar de todo. -El amor es locura mi vida.

Ella ladeó la cabeza.

-Sonríeme- le pidió el -Quiero ver por última vez la sonrisa más preciosa del mundo.

Ella le hizo caso. A pesar de la situación.

-La volverá a ver en dentro de nada- le explico ella -Allí arriba...disfrutaremos del reencuentro.

Austin asintió.

Sintió como la presión de la mano de él aflojaba. Ella se estiró. Acompañó la otra mano de Austin, que cofia los cables y tiro de ellos. Desconectándose. Austin la miro.

-Te amo- susurraron ambos.

Y una última sonrisa. Y una última mirada. Y las respiraciones que se agotaban, el aire que no llegaba a los pulmones, la circulación irregular, la escasez de sangre en las venas. Y los dos corazones...que a la vez, dejaron de latir.

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⏰ Última actualización: May 20, 2016 ⏰

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Sixteen days | Austin Mahone (Becstin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora