Mitchell

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Después de comer íbamos a reunirnos en nuestra cabaña así que todos nos fuimos juntos, todos excepto nuestro Crisito él se fue hacia la mesa de Hermes... me reí un poco... la verdad es que disfruto bastante molestándolo, en mi casa yo soy hijo único; pero aquí él es mi hermano y culposamente he descubierto que los hermanos han sido creados para regocijo de mi ser o al menos... cuando se enojan por todo que es tan fácil molestarlos como es el caso de Christopher.

Cuando llegamos a la cabaña paso algo que yo llamo "shock colectivo", nuestra cabaña estaba verdaderamente... llamémoslo tutifruti de arreglos de diferentes dioses, en un rincón teníamos hasta huesos formando un corazón con una N en medio. Y por lo que podía ver... lo único nuestro que conservábamos eran nuestras camas... nuestras camas excepto por la de Christopher. Tuve que contener la risa, esto no era gracioso, pero probablemente...

Entro Christopher sonriendo, nos miró, después recorrió la cabaña con su cara cada vez descomponiéndose más... pensé que se uniría a nuestro shock colectivo, bueno en su caso le permitía que se tirara al piso y llorara con frustración... en su lugar mi hermano grito a todo pulmón el nombre de Katherine, estaba tan enfadado que me atrevería a decir que daba más miedo que el mismísimo di Ángelo...

La pobre chica no debió venir, pero llego bastante rápido dando trompicones con nuestro nuevo tapete. Entro y le dijo - ¡sorpresa! -sonriéndole sonrojada, su uniforme de minion estaba lleno de pegamento, su cabello café estaba desordenado, en un peinado bastante mal hecho, tenía la mano envuelta en un vendaje bastante flojo y de alguna manera se veía tierna; pensé que mi hermano se le ablandaría el corazón y la dejaría ir como siempre hacia, pero él estaba realmente furioso.

-¡TU! ¿QUE LE HAS HECHO A MI CABANA!?-le dijo señalándola con el dedo

-la... la rediseñe... ¿no...? ¿No te gusta?-le pregunto con la voz dudosa

-ESTO NO ES... ¡ESTO ES UNA MIERDA!-dijo mirando furioso la cabaña

-pero... esta linda...-dijo agarrándose la mano vendada nerviosamente

-¡ESTA HORRIBLE!... TU ERES HORRIBLE... DESDE QUE LLEGASTE SIEMPRE MOLESTANDOME, SIEMPRE ESTORBANDOME, SIEMPRE ME ARRUINAS TODO. ¿QUE NO SABES HACER OTRA COSA QUE NO SEA HECHAR TODO A PERDER? ¡YA NO TE SOPORTO! ¡TE ODIO!...-dijo mi hermano soltándolo todo mientras la miraba como si fuera un pedazo de queso apestoso.

Los ojos de Katherine comenzaron a ponerse rojos, pero a Christopher no le importo siguió soltando tantos insultos como podía y cuando se gastó todos los insultos que se sabía, comenzó a decirle:" eres como la glucosa para los diabéticos, eres una enana, peor que Aracne, cucaracha sin dientes, ciempiés sin pies, rata de Hermes" y demás insultos relacionados con animales y enfermedades horribles... una pequeña bola de campistas estaban parados en la puerta, mire a Katherine estaba con la espalda pegada a la pared, la cabeza agachada, mirando al suelo... llorando, me sentí algo mal; esto no era tan grave nuestras cosas deberían de estar en algún lugar... podríamos traerlas de vuelta y ya.

-lo arreglaremos podemos dejarlo todo como estaba ¡tranquilízate por favor!- le dijo Annabeth a Christopher mientras lo jalaba de un brazo. Travis Stoll entro en la cabaña me empujo al pasar y a mi hermano le grito algo así como: "¿qué demonios te pasa?" antes de que Christopher contestara, entro en nuestra cabaña una hija de Hermes de unos 13 años abrazo a Katherine y se la llevo fuera. Travis negó con la cabeza, le aventó a Christopher una brocha llena de pintura rosa y se fue dando zancadas.

Christopher se sentó en el suelo, parecía que al fin se uniría al shock colectivo solo que la mayoría ya no estaba en shock, solo estábamos sorprendidos por la amplia gama de insultos que había inventado... Annabeth suspiro mirando alrededor.

-deberíamos regresar las cosas que no son nuestras... y buscar las nuestras- dijo Annabeth pensativa. Sofía salió del baño anunciando que algunos libros estaban allí.

-la mayoría de las cosas parecen de la cabaña de afrodita...- dije, Annabeth asintió y dijo:

-iré por Piper para que diga que es suyo... y por un té de tila -dijo mirando a Cristopher, que estaba sentado como si acabase de quitarse un gran peso de encima, aunque seguía viendo la cabaña con el ceño fruncido; no dudaba que en cualquier momento se levantaría y comenzaría a gritarnos también.

-apresúrense a descolgar la cabeza de jabalí, antes de que lleguen los hijos de Ares a lincharnos -dijo Amiram

...

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Las Crónicas de Christopher Foster, un Semidiós en Apuros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora