Digamos que estoy en la Intro de ti

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La luz de sol me deslumbra, es hora de comenzar un nuevo día.
No sé si por todo lo ocurrido ayer es la razón por la cual me siento melancólica, supongo que como siempre me como la cabeza con cosas absurdas que hacen que esté inestable. A ver, se que todo lo que pasa por mi cabeza es pesimista pero cuando lo dejas todo, absolutamente todo sin avisar, jamás vuelves a ser la misma persona.

Me preparé un tazón de cereales con frutas mientras observaba a mi abuela tocando suavemente el piano. Sus dedos acariciaban sus teclas dejándome apartada de mis pensamientos.. Podía bailar sobre las notas musicales....

¿Y ahora qué hago? Es la principal pregunta de una persona la cual se encuentra en otra ciudad de la que realmente no sabe nada.
La primera idea que se me pasó por la cabeza hizo que se despertaran las mariposas de mi estómago las cuales asesiné instantáneamente, no podía pensar en Will, que estupidez.
Yo normalmente no soy tan estúpida, o eso creo. Me mantengo siempre al margen de las ilusiones y de los chicos ya que sólo me producen quebraderos de cabeza y de a saber que más. Pero es que el es diferente, digamos especial.
Conoces a una persona la cual te llena a los días y te das cuenta de que le necesitas porque te complementa y te da esa estabilidad esa que tanto echas en falta porque no estas acostumbrada a que te traten bien y te hagan sentirte como te mereces. Que todo se desvanece porque lo que te interesa y te complementa está delante de ti, puedes tocarle, es real, no es un sueño... Pero joder que de cosas tan cursis estoy soltando, despertar en mi casa de la infancia rodeada de recuerdos y mi abuela tocando el piano está sacando mi lado romántico.
Digamos que estoy en la Intro, nunca me he enamorado ni tengo pensado hacerlo pero cuando veo a Will no se que me pasa espero que no sea amor porque sino quiero un remedio ¡YA!

Mi abuela me ha preparado una ruta por la ciudad pero ella tiene que entrar a trabajar así que me dejará sola pero siempre me toca apañarmelas.

Flipante, aún recuerdo algunas direcciones, mi maldita conciencia recuerda perfectamente el atajo que me llevaba a la casa de Will así que prendi el camino hacia allí.

Su césped verde como sus ojos, joder, maldita acosadora.. Su casa está mucho más mejorada y no podría estar segura si digo que la ventana del 3 piso es su habitación pero dejémoslo en una incógnita.

Me alejé rápidamente de su casa, yo estaba vestida con ropa de deporte así que corrí para que nadie sospechara de mi presencia por su zona.
Cuando no quieres encontrarte a alguien te lo encuentras y cuando quieres no hay manera de coincidir con esa persona.
Ya sabéis por donde van los tiros, tenía unas ganas de poder verle aunque sólo fuera verle, no pedía más. Pero nada.
Ni los kilómetros, ni los años, ni los meses, ni los días, ni los segundos hacen que los sentimientos desvanezcan cuando es real si ocurre lo contrario alégrate, era irreal y fantasioso, una mentira de la cual te has retirado y vas a salir beneficiada.
No hay que temer a la soledad, ayuda, a mi me ha ayudado a encontrarme a mí.
Sabemos quiénes somos pero no donde estamos así que déjate descubrir.

Volví a casa, ni un sonido, todo calmado y me senté en mi escritorio y saqué un álbum de fotografía de mi infancia. El recuerdo me alimenta y me da oxígeno, bueno realmente lo que me da es sensación, sentimientos ya que me siento vacía de lo oxidada que estoy por dentro.

Un post-it estaba pegado en la pantalla de mi ordenador, no me preguntéis como ha llegado allí porque no lo sé ni quiero saberlo . Pero realmente me da miedo, me da unas indicaciones anónimas a un lugar y dice que quiere verme ahí está misma noche.
No sé qué hacer, ¿Y si es una trampa?

Tú, los aeropuertos y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora