La perdió de vista casi toda la noche, lo que no le gustaba, a pesar de que Gotham había sido su hogar mucho tiempo no quería estar en esa situación, Shadow perdida, Batgirl rondando, Bruce rondando... todo era una mala combinación de variables.
Pero luego de unas horas y con el sol a punto de salir, las criaturas oscuras tenían que esconderse, se escuchó una motocicleta y ambos voltearon a ver, Tim Drake con la mujer de cabellos negros, venían charlando y riendo antes de que ella se bajara y con una sonrisa se despidiera de el
-hey, Red... que raro verte en casa
-tú me llamaste, Red-suspira- ya era hora que llegaras, tenemos que volver a casa
-Gotham es bastante interesante-dijo con una sonrisa- menos mal que Red Robin me dio un paseo
-ven a verme Gotham cuando quieras, te daré un paseo más interesante, Shadow
-no la mires tanto, Drake-dijo el pelinegro- vámonos a casa
Estaba con el ceño fruncido cuando volvían a casa mientras la mujer se limpiaba una herida en la pierna, quemaduras y cortadas eran parte del repertorio que manchaba su piel, pero ella estaba confiada de su tratamiento. Cuando llegaron a casa el pelinegro seguía en silencio, se fue rápidamente a la ducha mientras el pelirrojo le invito a comer algo a la mujer antes de que se fuera, finalmente cuando salió parecía tener ganas de hablar pero primero reviso que todo estubiera en orden, busco algo de comer mientras la chica se acomodaba en la cama luego de una rápida ducha
-¿Qué te dijo?
-¿Red Robin?
-claro ¿Quién más?
-oh, conocí a Nightwing también, bastante amable, aunque curioso por saber de mi... con ambos solo hable de tu trabajo en LA... solo le dije que hacías un estupendo trabajo
-¿y por qué Drake dijo eso?
-solo fue amable... ¡qué sé yo! ¿Acaso crees que me importa alguien tan pretencioso?-dijo molesta
-ok-dijo besándola- te creo
-vamos ¿dudaste de mí?-dijo con el ceño fruncido
-vamos Jess... hablamos de alguien que tiene futuro, que tiene dinero
-¿y cómo diablos iba a saberlo?-suspira- sabes... iré a casa-se levanta- no soy como las otras chicas, Jason... y parece que aún no lo entiendes
Se levantó a prisa a pesar de que el trato de detenerle, era muy ágil, incluso Roy le intento detener, tenía que tener tiempo para pensar, ella y el. Roy estaba revisando que su equipo no tuviera daños en el Round de la noche mientras Jason trataba de meditar la situación, de verdad que de vez en cuando Drake le sacaba de sus casillas, seguro que sabía que él y la mujer tenían algo, eso era obvio ¿o acaso había algo más? ... espera... ¿y por qué no vio a Batgirl toda la noche? Miro a Roy y él le desvió la mirada, estaba claro
-¿la vieron?
-es difícil decir que la vimos... ok, si la vimos pero
-Roy... ¿Qué dijiste?
-no pasó nada que tuviera que ver contigo directamente... solo que Batgirl le dijo que solo andaba jugando, entonces Jess se enojo
-¿y qué le dijo?
-pues Jess ahí se fue con Red Robin, según Tim necesitaba refuerzos en la parte oeste... ella fue con él para evitarte problemas
Lo había arruinado, seguro que sí, así que no le quedo de otra que buscar a la mujer, era viernes así que seguramente estaba en el jardín de niños en el que trabajada, recorrió todo Los Ángeles buscando el jardín de niños donde seguro trabajaría la mujer pero no la encontraba por ningún lado, de seguro se había tomado el día libre debido a sus heridas. Se sentó en una parada de autobús cuando de repente recibió un mensaje de teléfono, era Roy para darle una dirección, era cerca así que se metió una tienda y consiguió una bolsa de Jelly Bellys y busco la dirección. Medida se acercaba se escuchaba música, se asomó por una venta a y vio a una mujer con vestido blanco con flores rosadas en la parte baja con un suéterc tenía el cabello trenzado y cuando se volvió vio el rostro de la mujer, con gafas y sonriendo mientras bailaba con los niños.
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Shadows in Los Angeles
RomanceIncluso en el soleado y brillante Los Angeles pueden esconderse las sombras del crimen y también sus protectores, Red Hood y Arsenal comienzan a adaptarse a su nuevo escenario cuando un nuevo personaje viene a sacudir su ciudad. No toda la emoción s...