Nevermind (Suga)

Capítulo 1

Aclaración:

Letra normal: tiempo presente

Letra cursiva: flashbacks y recuerdos

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Sabía que no lo había dicho enserio. No podía haberlo dicho enserio. Bien es cierto que Suga nunca había brillado por su afectuosidad precisamente, pero fue eso lo que me atrajo de él en primer lugar. Su mirada afilada y penetrante, siempre aparentando cierto aire de indiferencia involuntaria. Su pelo negro, rubio, verde, gris... ¿de qué color será mañana? Con Suga nunca se sabe.

Quizá siempre lo envidié en el fondo. Envidiaba su indiferencia ante lo que pensaran los demás; envidiaba su actitud desenfadada; envidiaba su afán por experimentar. A veces me pregunto si no lo idealizo demasiado. ¿Estaré realmente enamorada de él, o es solo la idea que yo misma me he forjado en mi cabeza la que me hace permanecer a su lado?

Me dejé caer con pesadez en el sofá con estos pensamientos, incapaz de apartar la vista de la pantalla del móvil. Ninguna luz parpadeaba, lo cual significaba que aún no había recibido ningún mensaje. En mi interior rezaba por que apareciera de repente suplicándome perdón, pero sabía que con Suga eso nunca pasaría.

Ya me lo advirtieron mis amigos. Es una persona difícil, me dijeron. A menudo me pregunto si hice bien en acercarme aquella noche...

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"―!Hyung!

La voz de uno de los chicos sentados al otro extremo de la mesa me trajo de vuelta a la realidad. Lo reconocí al instante, pues su brillante pelo naranja había sido el tema de conversación principal por toda la facultad desde que se le vio aparecer con él a principios de semana. Gracias a los susurros y chismes que se escuchaban por los pasillos, también descubrí que se llamaba Jimin.

Eché un vistazo rápido hacia el otro chico al que Jimin se había dirigido, más bien por aburrimiento que por interés. Nunca me habían gustado muchos las fiestas, y salir a beber con mis compañeros tampoco es que me apasionara demasiado.

Hasta que lo vi a él.

Le lancé una mirada furtiva a Bomi, una de las pocas amistades reales que había conseguido hacer tras los últimos tres años de carrera, a lo que ella respondió sacudiendo los hombros en señal de desconocimiento. En ese momento, las chicas sentadas frente a nosotras comenzaron a cuchichear y, como era de esperar, no pude evitar intentar descifrar lo que decían.

―Min Yoongi...― le escuché decir a una de ellas.

Min Yoongi. Min Yoongi... ¿De qué me sonaba aquel nombre?

El recién llegado se sentó frente a Jimin y este no tardó en pasarle un vaso lleno de soju. Acto seguido, el chico echó la cabeza hacia atrás y se lo bebió todo de un trago. La mueca de asco que puso a continuación me hizo sonreír. ¿Quién será este chico?, me pregunté.

En ese instante, Yoongi echó un vistazo a la habitación en busca de caras conocidas hasta que sus ojos se posaron sobre mí. No sé si sería efecto del soju o de esos ojos oscuros clavados en los míos, pero mis mejillas comenzaron a arder. Sin embargo, me era imposible apartar la vista.

Esa mirada... Me gustaba.

Después de unos segundos que parecieron interminables, Yoongi cedió y se volvió hacia Jimin para retomar la conversación que estaban teniendo. Bomi posó una mano en mi hombro y me miró con una sonrisilla burlona.