Hoy es su cumpleaños. Ha pasado un mes desde mi último intento de ir a buscarla. Hoy no puedo faltar.
Agarré mi traje negro y me afeité para estar presentable. Le compré un ramo grande de flores y conducí dirección a ella.
Dejé el coche y apagué mi cigarrillo. Seguro que no le gustaría verme fumar. Cogí el ramo de flores y empecé a andar. Me encontré con su madre en el camino. Me miró con sus oscuros ojos y me saludó algo cansada. Nos abrazamos muy fuerte y me despedí de ella. Hacía tiempo que no la veía.
Anduve hasta ella y le sonreí. Seguía con una sonrisa en su rostro y unos cristalinos ojos llenos de pureza.
Me arrodillé frente a la foto de su tumba y le entregué mi ramo de rosas y lirios.
"Feliz cumpleaños."