1. Eres Libre

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Sofía se encontraba de lo más divertida jugando con los niños pequeños, le fascinaba verlos correr Por todos lados, estaba tan metida en el juego que no detectó en la mirada de la Madre Aura un dejó de tristeza.

-Sofi! - le hablo con un tono tan bajo que ella tuvo que acercarse para poder entender lo que le estaba queriendo decir

-Si Madre

-La Madre Carlota te espera en su despacho

-Si Madre, en seguida. Niños mamá me necesita en un rato seguiremos jugando.

Sofía se dirige de lo más contenta al despacho sin imaginar lo que el destino le tiene preparado. Toca la puerta e inmediatamente la Madre le etiende, ella de lo más feliz se sienta frente a la Madre que no responde a la sonrisa que ella le ha regalado.

Sin más la Madre Carlota se recarga en el respaldo de su silla dejando escapar un largo suspiro.

-Sofía, tenemos que hablar- De pronto siente la tristeza de su voz al momento que Sofi abre sus grandes ojos al notar la incomodidad de la Madre Carlota.

Ella le extiende una documentación que no logra entender de inmediato, en cuanto termina de leer se da cuenta que es una cuenta bancaria a su nombre, no mucho dinero pero si el suficiente para vivir cómodamente un año o quizás 2, además de un departamento a las orillas de París.

-Mamá, para que es esto?

-Sofía, el Estado ha mandado la documentación donde ya no puedes permanecer aquí, ya que has cumplido la edad máxima para permanecer aquí, deberás empezar a valerte por ti misma, sabes que te amamos y no podíamos echarte al mundo sin armas, nosotras hemos juntado nuestros ahorros para darte este dinero y un departamento a donde mudarte.

Sofía se encontraba muda, con la mirada perdida tratando de digerir poco a poco lo que le estaba diciendo la Madre Carlota, pero ella era su madre quien a pesar de todo seguía velando por su futuro.

-Sofía, sabes que te amo con todo mi corazón y está será tu casa y podrás venir a visitarnos, podrás estudiar la carrera que siempre has querido - yo en cambio no levantaba la mirada, estaba muda, preocupada, nunca antes había salido sola, que iba yo hacer viviendo en un departamento, tendría que buscar un trabajo, miles de cosas se apilaban en mi cabeza.

-Sofía, Sofía...

-Mande- Por fin pude contestar.

-Dime que piensas?, verás que juntas las cosas no son tan malas como parecen-a lo cual ella me esbozó una enorme sonrisa que logró tranquilizarme.

-Mami, por que eso eres para mi y lo sabes, tal vez es lo mejor debo de empezar a velar por mi, ustedes han hecho tanto y aún lo siguen haciendo, haré que se sientan orgullosas de mi - no estaba tan segura de lo que decía pero debía tranquilizarse, siempre he sido positiva y esto no tiene que ser la excepción.

Inmediatamente nos dirigimos a mi cuarto tomadas de la mano, sintiendo ese calor de Madre que Carlota me brindaba y de verdad la amo, ha hecho todo por mi ahora me toca a mi devolver un poco de ello, debía trabajar para ayudar a ese orfanato que tanta ayuda necesitaba, dedicaría un día a estar con mis niños con los que tanto me divertía.

Comencé inmediatamente a empacar todo, claro no era mucho lo que tenía, pero debía llevarme lo necesario para el que de ahora en adelante sería mi hogar.

-Listo he terminado- dije un tanto cansada, saldríamos mañana temprano pues era sábado y mi Madre tenía más tiempo para mostrarme el departamento que habían adquirido para mi.

Me desperté muy temprano o más bien ni dormi, estaba tan ansiosa, me sentía triste y a la vez feliz, aprendería muchas cosas, además que practicaria todos lo bueno que aprendí en el orfanato, todos habían sido tan buenos desde el jardinero, hasta la madre más enojona, jajaja sonreí a mis adentros.

Introducimos todo a la camioneta del orfanato la Madre Carlota y la Madre Aura me acompanarian, aunque a todas las quería ellas eran las mas cercanas a mi.

Iba observando como la Madre conducía por un camino empedrado se podía divisar la Torre a lo lejos, era como un paisaje de postal, me sentía diferente como si algo hubiese cambiado en mi desde ayer.

Observaba todo, nunca imaginen que tan hermoso era el mundo, mamá se detuvo en un edificio de 4 departamentos estilo chalet, el mío se ubicaba en la segunda planta, tenía un enorme ventanal. Subí un po o temerosa, voltee a ver a mi madre quien me regalaba una sonrisa reconfortante para que continuará mi camino, al llegar a la puerta me extendió un llavero y me indicó cuál abriría esa puerta.

-Vamos Sofía, acaso ahora te has vuelto cobarde-  me dijo en son de burla y funcionó por que me dio el valor de abrir esa puerta que representaba el fin y al mismo tiempo el inicio de una nueva vida... De mi nueva vida.

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Espero les vaya gustando.... Muak.

ALEJATE DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora