Paranoias De Un Asesino.

VI "Tormentas"

21 de Noviembre del 2000.

Departamento de policías de NorthVille.

10:35am

—Oficial es mi segunda llamada, de verdad estoy preocupada por mi hija. —Decía con voz angustiada una señora en el teléfono del 911.—

—Buenas, a ver cuanto tiempo tiene desaparecida la señorita? —Dijo el oficial de servicio—

—Llamé esta mañana y di la misma información, desapareció ayer. Por favor ayúdeme estoy muy preocupada.

—Calma señora. Informaré esto a la central de archivos. Solo no se preocupe que quizás sea un mal entendido. —Decía el oficial tratando de calmar a aquélla señora.—

—Gracias oficial. —Dijo aquella señora finalizando la llamada—

1:30pm

Me senté sobre la cama, pensaba sobre posibles fallos, todo fue forzado y desesperado.

Contemplé sentado el silencio ensordecedor y una calma preocupante... Se podría decir que lo de hoy no fui yo, Fue el...

Cubrí mis oídos y me rasgue la cara y grité, solo por ese instante supe que venia lo peor venían tormentas...

—...Dave recuérdame...

—No se de que hablas, deja de atormentarme... ¡LARGO!. —Grité en la soledad de la habitación.—

Lejos de eso se hacia tarde, el ambiente extrañamente se volvía normal, aun sabiendo que algo salió mal me sentí seguro una vez mas.

22 de Noviembre del 2000.

4:23pm

—¿Dave donde estamos?.

—No lo se, mantente cerca, no quiero que nada te pase.

—Sigues siendo una niña Dave, solo quiero salir de aquí estaré bien.

—Hey...

—¡Dave Noooo!.

Toda la noche tuve ese sueño, no se que significará pero era su voz...

Esa madrugada había visto algo incomprensible, era raro e Ilógico de tantas maneras, había visto algo que en su momento fue un impulso, quizás fue locura, no recuerdo nada, espero que ese sueño no haya sido mas que un sueño, no haya sido un Déjà Vu.

9:32pm

—¡Ayuda!. —Se podía oír desde el sótano de aquella casa. —Bajé de forma rápida, y abrí la puerto del sótano azotándolas a los lados.

—Silencio. —Le exigí con un tono de voz grave.—

—Mátame... ¡Por favor!. —Decía aquella chica con una voz débil, cansada y exhausta.—

Me le acerque lentamente, en sus ojos se podía notar temor absoluto, no era miedo, Algo en ella se había muerto, Era como si de la nada el tiempo haya borrado su poca esperanza de vida, su aislamiento la estaba volviendo fría, quizás hasta había llegado a tener algún tipo de Paranoia.

Me levante y sin poder hacer mas, subí aquellas escaleras y como si de un alma en pena se tratase, la deje hundida en un mar de Temor, Odio y desesperación. Esa mañana pensaba en lo que seguía, el juego de ajedrez se volvía tan incierto que cualquier ficha movida en falso podría ser fatal, Tengo que ser meticuloso, cuidadoso en cada paso, pero es tan instintivo esa sed que va mas allá de la supervivencia, va mas allá del control de masas, es la maleabilidad del control del caos y la lucha por un control compulsivo en una sociedad tan perdida en cosas tan minimalista como un simple querer individual.

Era tiempo de recostarnos un momento, dejar de pensar y parar esa paranoia que agobia mi estúpido existir, solo cerré mis ojos y dejé de ver mi realidad tan bastarda.

Departamento de policías de NorthVille.

3:36pm

—¡Es un maldito, es perspicaz en lo que hacer, no queremos seguir en este juego infinito de la ruleta rusa con 6 balas! —Decía el detective lleno de ira y frustración.—

Lo que nadie sabia lo ocultaba aquel detective, había visto aquella camioneta huir del lugar, el había tomado mas personal el asunto, quería llegar al fondo y saberlo todo, "Un simple querer individual", pero ese asunto iba mas allá que una satisfacción individual. Era el tipo de deseo que motiva a una persona a querer sobrevivir,

—¿Por que no me habían dicho sobre la chica desaparecida? ¿Acaso no les he dejado claro que cualquier caso minimalista podría estar involucrado? —Reclamaba Hitchcock a el equipo de operadores del 911.— Quiero que pongan el seguimiento el caso, y quiero que me informen de cada caso semejante a desapariciones o asesinatos, estamos tratando con un asesino en serie maldita sea.

Fue un día atareado, para entonces yo solo preparaba la peor cosa que se podría imaginar, pero la tranquilidad aun sobraba, Perturbar la paz nunca había sido tan sencillo.

Recuerdo que por semanas las patrullas se multiplicaban en las calles, era mucha la exaltación, había provocado tanto caos, no sabían remediarlo y no los culpo. Más que simple paz, para mí es un bien individual, la paz es un concepto nulo, no es más que una simple excusa de escasez para perturbar un vivir pleno. Estamos tan acostumbrados a vivir en un des-balance que sin dudas el mismo podría ser mas que necesario para un interés minimalista, después de todo, todo está en la mente... Hasta el dolor, ¿no es así?

—Señor No encontramos resultados, ¿está seguro que es robado ese auto detective? —Preguntaba un guardia en servicio—

—Es de un caso menor, solo quería salir de algunas dudas, pero anote esta vez en este orden «YEP-1898» —Dictaba el detective una serie de números y letras—

—Encontramos una camioneta, placa de Virginia señor.

—¿A nombre de quien está la camioneta? —Preguntaba el detective.—

—Un señor llamado Barry Warren detective.

—Barry Warren... Barry Warren, buen trabajo con eso será suficiente —Decía Hitchcock con una voz extrañada.—

El sentimiento de reconocer algo que nunca acabó y que siempre quisiste terminar no es algo que sienta una persona común. El detective buscaba algo, hace tanto que no lo recuerda, «Barry Warren» podría pensar mil veces, era una voz pasada, algo olvidado, algo que sin dudas había corrompido la manera de pensar aquella vez al detective Hitchcock.

—Ese nombre... Ese nombre lo recuerdo, fue hace tanto apenas era un novato... Lo recuerdo, ese día de Tormentas diluviaba como nunca, en la corte un homicidio sin precedentes, sin pruebas ni nada... Lo atraparé... —Pensó aquel detective—

Embriagado de curiosidad y justicia, no podría dejar pasar ni siquiera el mero pensamiento de abandonar ese sentimiento de Déjà Vu, Era lo único que hacia seguir a aquel detective, no era tonto, ni ingenuo, solo no estaba completamente preparado a la verdadera realidad de la mente de un hombre.