4.- Solo soy un demonio cocinero

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Justo antes de entrar en el cuarto, el auténtico Rin se aseguró de que Yukio ya se había ido definitivamente, fue entonces cuando entraron finalmente en la habitación y cerraron la puerta. Ya estaba anocheciendo prácticamente ya que el Sol comenzaba a ocultarse. A pesar de ser verano, a fuera a esas horas empezaba a estar todo bastante oscuro y Rin cerró la fina persiana que tenía la ventana, la criatura encendió la luz pulsando el interruptor sin que su amo se lo hubiera mandado. Rin miró atrás como reacción a la luz y su creación le miró con una sonrisa, a lo cual Rin no pudo evitar responderle con otra. "¿Hasta cuánto tiempo puede durar una de estas invocaciones? Llevamos ya varias horas" pensó Rin mientras se dirigía a la cocina, haciéndole una señal a su criatura para que le siguiera.

-¿A dónde nos dirigimos, amo?

-¡Vamos a prepararnos la cena! Me gusta cocinar con tiempo y buenos ingredientes –respondió su señor, sonriendo. Luego le miró con cierta curiosidad.- Oye...¿Vosotros coméis comida humana? Quiero decir...¿Sois como Kuro?

-Umh... -se limitó a decir la criatura.-

-¡Ah! Da igual, no te preocupes.

Al llegar a la cocina Rin se dirigió hacia los fogones y colocó los ingredientes en la mesa, dispuesto a empezar a cocinar. En ese momento apareció Ukobach, el cual se había subido a uno de los muebles, y se acercó al falso Rin, mirándolo fijamente a los ojos. La criatura del averno, que aún estaba en la puerta, se sorprendió, pero luego frunció levemente el ceño y también le miró fijamente a los ojos. Rin al verlos carraspeó un poco, posó los instrumentos de cocina que tenía en la mano, se cruzó de brazos y se puso firme.

-¡Rin! ¡Ukobach! No os peleéis, parecéis niños pequeños. Nada de peleas a la hora de comer. –Dijo Rin intentando imitar a Yukio.-

A esta pequeña broma ambos demonios rieron un poco y Ukobach se alejó de él, yendo a la mesa donde Rin estaba mostrando sus grandes habilidades de cocina y ayudándole con ello. Ukobach volvió a mirar mal al otro Rin, haciendo que este se acercase a la mesa y empezase a trabajar más rápido que Rin y el pequeño demonio juntos. Esto hizo que Rin se quedase atónito y parase su marcha para observar a ambos demonios 'competir'. Al poco había un montón de comida de una pinta deliciosa, más que suficiente para ellos. La criatura apenas probó dos bocados, pero no había que preocuparse ya que Rin se comió también su parte casi de carrerilla. Puede que por esto mismo Rin tuvo que dejarse muerto sobre la silla de lo hinchado que se sentía. Respiró hondo y dejó 'caer' la cabeza hacia atrás del respaldo. La criatura, que estaba sentada a su lado, tiró un poco de la camisa de su señor provocando la reacción de este.

-¿Qué? –preguntó Rin, mirándole.-

-No es bueno que esté en esa postura, será mejor que vayamos a la habitación, allí estará más cómodo, ¿no cree?

Rin siguió mirándole, esta vez de manera algo embobada,pero afirmó con la cabeza levemente. Ambos se levantaron, se despidieron deUkobach y se dirigieron a la habitación sin muchas prisas debido al empacho.    

Ser vago es sinónimo de problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora