Capitulo 2

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Luego de un viaje largo y agotador donde no me pude sentar con uno de mis padres y me pusieron al lado de un hombre gordo que cuando se durmió pozo su cabeza en mi hombro y me babeo toda.

Recogimos nuestras maletas y llamamos a un taxi para que nos lleve a nuestra nueva casa.

Al llegar me sorprendo ya que es mas grande que la que teníamos antes.
Hay un jardín precioso lleno de flores de todos colores, en la sala de estar hay sillones de cuero blancos, una televisión gigante, cuadros y adornos en cada esquina de la casa y un ventanal que da a la vista la piscina. En la cocina los mesones son de mármol blanco y en el medio una mesa larga de madera con sillas del mismo.

-Te gusta?- Me pregunta mi madre
-Sí- Digo con una sonrisa
-Me alegra. Ven, te acompaño a tu nueva habitación- Asiento y la sigo. Subimos las escaleras y me muestra mi habitación.
-Desempaca y luego descansa, yo cocinare algo- Me da un beso en la frente y se aleja.
Una vez ya ordenado todo me recuesto en la cama rendida. Fue un día agotador. Me quedo dormida sin responder los mensajes a mi amigos y sin comer nada.

Al día siguiente me despierto por el sonido del despertador. Me siento al borde de mi cama frotándome los ojos y con mucha pereza me levanto, me doy una ducha y al salir me coloco un Jeans rasgado, una blusa negra y sandalias del mismo color, me dejo el cabello suelto y me delineo mis ojos y pinto mis labios.
Una vez lista bajo a la cocina muerta de hambre. Allí veo a mi madre haciendo el desayuno y a mi padre tomando una taza de café y leyendo el periódico.

-Buenos días- Digo y me hacerco para darles un beso en la mejilla
-Buenos días cariño- Me saludan al unisono. Me entrega mi madre mi desayuno y se me hace agua la boca
-Saldré en un rato- Digo con la boca llena. Mi padre se ríe pero mi madre ha e una mueca
-No hables con la boca llena- Ruedo los ojos- y ¿a donde iras?- Trago todo lo que tengo en la boca para poder hablar
-No lo se, a cualquier lado- Asienten con la cabeza.

Cuando termino de desayunar salgo de mi casa, después de haber recibido un sermón de mi parte de mi madre diciendo que me cuide, que no me vaya muy lejos Bla, Bla, Bla...
Camino sin rumbo y sin darme cuenta me encuentro en un centro comercial. Entro a una tienda de ropa.
Después de haberme privado y comprado casi toda la tienda me dirijo a una cafetería ya que se me antojo un jugo. Al salir ya con mi jugo de frutilla en mano dirigiéndome a mi casa siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo.

-Hola?
-Maddi, donde estas? Te dije que no tardaras mucho. Regresa a casa, el almuerzo estará listo en un rato
-Ok, al rato llego- Cuelgo sin esperar respuesta. Respondo unos mensajes cuando me choco con algo firme haciéndome caer de culo al suelo y derramandome toda mi malteada enzima.

-¡¡¡IDIOTA FIJATE!!!- Me levantó hecha furia
-Idiota yo? Pero si tu fuiste la que se choco conmigo- Levantó la mirada y creo que estoy babeando por que este chico es súper sexy. Tiene los ojos color café oscuro, su cabello es color castaño claro y es una cabeza mas alto que yo-¿Te gusta lo que vez?-Dice y yo ruedo los ojos.
-Ya quisieras-Me seco un poco mi ropa mojada por la malteada pero mientras se seca se siente pegajoso. Le hecho un ojo al idiota arrogante que esta parado delante de mi y me doy cuenta que me esta mirando atentamente
-Que me vez?
-Nada- Levanta las manos en forma inocente.
-¡Ayudame por lo menos, Guau que caballeroso eres!-Sonríe y me pierdo en su sonrisa blanca como una perla

Esperen... ¿Que acabo de decir?

Levanta todas mis bolsas de compras y me las entrega.

-Gracias, bueno adiós- Digo rápido pero el me agarra del brazo
-Espera, no se tu nombre- Me dice con una sonrisa picara
-Llama, llama adiós- Se ríe pero me detiene de nuevo
-Mi nombre es Freddie- Me extiende su mano y yo ruedo los ojos
-No es un gusto Freddie- Hago una mueca y el me sonríe
-No me dirás tu nombre?

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