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2 años después

Despierto sola. Como siempre. Cameron se levanta temprano y se va al gimnasio en la semana. Solo los sábados o domingos despierta conmigo. Me doy una ducha y me miro al espejo. 

Y me pregunto de nuevo... si soy feliz... lo soy cuando estoy con el, cuando estamos juntos y el parece otra persona pero luego... luego nada. La angustia de no poder decirle a nadie de nuestra relación aunque Marianne se convirtió en mi mejor amiga y fue imposible que no lo supiera. 1 año después ella fue ascendida a jefa del departamento de arquitectura y yo fui ascendida a jefa del departamento de decoración. Somos amigas intimas y nos contamos todo. Y ella no está de acuerdo en que Cameron mantenga lo nuestro en secreto. Pero respeta mis decisiones también. Mi teléfono suena y no me molesto. No es Cameron. El tiene un tono de llamada diferente al igual que Marianne. Este tono es uno de llamadas no bienvenidas. Alguien de mi familia. Insistiendo de nuevo en armarme una cena con algún candidato de alguna de las familias amigas de ellos. En estos dos años me armaron varias cenas sorpresas desastrosas con hombres aburridos que solo buscaban una esposa trofeo. Algo que yo nunca seria.

Salgo de la ducha y me cambio. Me siento a ponerme al día con mis series. El sábado es mi día de series y en la noche casi siempre estoy con Cameron. Me pongo al dia con The walking dead y Game Of thrones. Despues me hago las uñas y me sumerjo en Big eyes la historia de Martha Keane y su lucha por ser reconocida como la autora de esos bellos cuadros. Son las siete de la tarde cuando aun no tengo noticias de Cameron. No le gusta que lo llame pero necesito saber si va a venir esta noche porque en dos años nunca, jamás fuimos a ningún lado. Así que tomo coraje y lo llamo. Ala tercera me contesta

_ ¿qué demonios sucede?_ pregunta bruscamente

_ solo quería saber si vienes esta noche_ respondo tratando de no ponerme mal por su contestación

_ estaré ocupado _ dice cortante

_ está bien adiós_ respondo y corto.

Dejo el teléfono y trato de tragarme la amargura. Es cierto que comenzamos nuestra relación sabiendo que no podría hacerla pública, es cierto que siempre fui consciente de que él no quería una relación seria pero después de dos años esto ya no es suficiente para mí. Tengo 26 y siento que quiero algo solido. Un amor a la luz del sol. Un hombre que este orgulloso de llevarme de su brazo. Algo que al parecer nunca tendré con Cameron. Tampoco voy a meterme con uno de los pomposos candidatos de mis padres. No. Pero quiero algo en el medio. Un hombre apasionado y que a la vez me tome en serio y respete mi carrera.

Marianne me llama

_ perra salgamos esta noche, un amigo me invito a la inauguración de su restaurante y tenemos una mesa vip_ dice entusiasmada y soy incapaz de decirle que no.

A las ocho estoy lista con un vestido de coctel rojo burdeos que tiene un buen escote y un interesante tajo en la pierna. Unos tacones negros y me recojo el cabello en una cola de caballo tensa y sensual. Me maquillo y tomando mi bolso salgo. Marianne me está esperando en el lobby del edificio ella vive aquí también pero dos pisos más arriba del mío.

_ Perra estas preciosa si fueras gay te haría mi novia_ dice dándome dos besos y me rio. Es tan diferente a cuando está en la oficina. Nadie en la oficina sabe que ella es una lesbiana declarada aunque Cameron lo sabe no le interesa.

Tomamos un taxi hacia la parte elegante de Nueva York. Bajamos y ella le da la tarjeta de invitación al guardia y nos lleva hacia la recepción.

_ Pequeña perra un gusto verte_ dice un hombre de unos 40 años muy bien vestido

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