Mi madre llegó y al verla no pude evitar recordar de nuevo cada mísero instante en el que me sentía impotente frente a Carly, viéndola irse de un modo tan cruel y brutal. Sólo que esta vez no sentí tristeza ni dolor, en lugar de eso sentí una ira que me comía por dentro y supongo que era de esperarse, el hecho de que esto haya sido en gran parte mi culpa y el hecho de haberme tardado en reaccionar, era eso lo que faltaba para que yo finalmente explotara, la gota que colmó el vaso, la vez número 1001 en que todo había sido por causa mía, o al menos eso creo. Pero con querer tenerla de vuelta y hacer lo posible para hacerlo, no iba a solucionar o de alguna manera evitar el dolor que estaba a punto de causarle a aquella mujer que se había sacrificado tanto y por tantos años para que de alguna manera, las únicas personas que tenía en su vida pudieran tener algo mejor. Yo había visto a mi madre llorar varias veces, claro que evitaba hacerlo en público, de hecho evitaba hacerlo siempre...todos tenemos momentos de quiebre...el de ella fue la traición y abandono de la persona que prometió amarla y apoyarla toda la vida sin importar qué. Desde ese momento ella siguió adelante a lo largo del tiempo, construyendo una vida que -y quién lo diría- su propia hija destruiría en cuestión de segundos. Sus ojos contenían ese ligeramente apagado brillo que siempre tenía cuando nos miraba a mi hermana y a mi. ¿Cómo iba a poder causarle tanto dolor a una mujer tan dulce a pesar de sus circunstancias? Además ¿cómo lo haría si ella era la persona que me había hecho salir adelante tan repetidas veces? era simple... no podía.
Así que elaboré un plan, y esa fue la peor y más difícil elección que pude haber tomado en toda mi vida...
