Publicado Originalmente: Noviembre 2013
Versiones Pasadas: Marzo 15 de 2016, Enero 31, 2020
Marina se acostó en la arena mirando hacia el cielo como solía hacer todas las noches. Estaba completamente agotada. Al fin había podido salir de esa estúpida fiesta. Amaba las fiestas y siempre le había gustado organizarlas. Pero esa fiesta no era de su agrado. Odiaba saber que la fiesta era en honor al compromiso de su madre con un perfecto imbécil. Suspiró frustrada, no podía creer que su madre se fuera a casar con ese hombre que solo pensaba en dinero y negocios. Su pequeño cerebro de hormiga no tenía capacidad para pensar en nada más, pero ya su madre parecía ignorarla por completo. Ignorando sus consejos, sus palabras y el perfecto detalle de que su prometido jamás podría ser un padre para ella y su hermano. Miro la estrella más brillante del cielo, esa que resplandecía por completo llamando siempre su atención. Luminosa es el nombre que le había puesto cuando era niña. Increíblemente sentía a esa estrella como una amiga, una aliada que escuchaba todas sus penas. Sintiendo poco a poco como una oleada de paz entraba a su interior.
Cuando era más pequeña solía acostarse en el balcón de su cuarto mientras tomaba su diario y escribía bajo la luz de la luna. Mientras de vez en cuando observaba esa bella estrella que siempre habitaba allí. Muchas preguntas se le formulaban cada vez que la veía. Sentía que esa estrella era mucho más que eso, como si fuera una persona en realidad. Pero solo eran ocurrencias de una niña que no le gustaba dormir temprano y engañaba a su madre para poder pasar más tiempo escribiendo.
Le gustaba escuchar las historias que su abuelo Carlos le narraba sobre esa estrella en particular. Tenían muchas historias, pero ella sabía que ninguna de esas historias podía ser cierta. Porque la verdadera historia ninguno la podía realmente conocer. Eran secretas hacia el universo. Decían que esa hermosa estrella era el alma de una joven muchacha que ayudaba a las personas con las relaciones amorosas, familiares y laborales. Nadie sabe que le paso, nadie sabe si de verdad ella existió. Pero muchas personas ya mayores relataban sus vivencias y parecían muy lucidos con sus relatos. Marina solo sabe que siempre que ve la estrella se siente relajada y feliz no suele importarle nada más. Dio un suspiro cansado sabiendo que tenía que regresar a esa fiesta. Aunque no lo deseara tenía que estar allí. Después de todo, su madre no era la culpable de su enojo. Se despidió de luminosa y le pidió que la ayudara a soportar lo que se le venía encima. Porque comenzaba a sentir que no podría con toda la carga.
Más allá del horizonte en una roca que sobresalía del océano se encontraba un chico recostado de ella. Sintiendo como el frío viento chocaba en su rostro y como le costaba respirar. Se encontraba mirando hacia el cielo, específicamente a la estrella más brillante que allí estaba. Suspiro deseando que esa estrella le hablara y le diera un buen consejo. Estaba ya agotado emocionalmente. Su madre no paraba de decirle lo que tenía que hacer y eso no le gustaba para nada. Solo tenía diecinueve años. Merecía tener un poco más de libertad y de tomar sus propias decisiones. Estaba harto de ser solamente un peón en ese estúpido juego de ajedrez al que estaba obligado a participar y donde sabía que no era el ganador.
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Marina: No quiero perderte (HDM #1) © (Disponible en papel y digital)
Fantasy«Marina tenía un destino más grande lo esperado, David solo quería conocer lo que había más allá de la superficie» Marina es una joven que ha sido criada junto a su hermano mellizo en un hotel ubicado cerca del mar. Es simpática y muy servicial. Por...