No quisiera arruinar su paradisíaca estadía, que ojalá diste de lo efímero y se pase a lo casi eterno.
Desde el lado oscuro de la fuerza aclamamos la palabra de siempre. El amigo Silva me espera, aunque es probable que ya haya llegado a su casa sin darme cuenta.
El berraco juego de palabras.

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Microcuentos
Historia CortaCaían las macetas como meteoritos, los cables bailaban la danza del vientre, el ruido del terremoto 8,8 era ciego, sordo y mudo.