4. Marián
Finalmente tuve la valentía de pedirle perdón. Desde hace mucho que quería hacerlo, pero no me atrevía, pensaba que nunca me perdonaría por haberla rechazado; pero ahora que lo ha hecho, no dejo de pensar en todo el tiempo que desperdicié, que estuvimos separadas intentando algo que sabíamos no sucedería ... olvidarnos mutuamente.
-¿Me dirás lo que pasó? - Preguntó luego de un rato, supongo que no quería atosigarme a preguntas, pero después de dos días sin saber cómo había llegado allí y en estas condiciones, era suficiente.
Le conté todo sin reservas. Era algo que me avergonzaba, pero contárselo resultaba liberador. Por primera vez en todo el tiempo que tenía padeciendo aquel horror, fui capaz de expresar toda mi incredulidad, mis miedos, mi decepción ...ella sólo me escuchó, sus ojos me decían muy bien que no le era indiferente lo que escuchaba, pero en ningún momento me juzgó o me cuestionó lo que le decía, simplemente me consolaba en los momentos en los que necesitaba que lo hiciera.
Al terminar de contarle, nos quedamos en silencio por unos minutos, yo esperando una reacción de su parte, mientras que ella asimilaba todo lo que le había dicho.
En un momento dado, se levantó de la cama y fue hasta la sala sin decir palabra. A los pocos minutos regresó con los ojos enrojecidos. Había llorado, pero por lo tenso de la comisura de sus labios era evidente la indignación que sentía, así que supuse sus lágrimas habían sido de rabia. Tal vez la misma que yo sentía cada vez que pensaba en lo que se había convertido mi vida.
-¿Alguien más sabe esto?
-No ... Quise decirle a las chicas, pero me dio vergüenza ... No fui capaz de hacerlo.
-Te habrían apoyado.
-Lo sé, pero hubiesen cambiado su trato con Juan Andrés y seguro ya no me habría dejado salir con ellas ... Esos ratos eran mi escape Alex ... No quise arriesgarme a perderlos.
-¡¿Poniendo en riesgo tu vida?¡ - Preguntó confusa. De inmediato levantó ligeramente la mano - Lo siento ... Sé que no debo juzgar tus acciones cuando no he estado en tu situación, pero ... - Apretó los labios como tratando de contener las palabras.
-No lo pensé Alex, yo sólo quería escapar de este sentimiento de fracaso que sentía, para mí esos eran los únicos instantes en los que no me sentía de esa manera. Eran los únicos momentos donde podía fingir que nada ocurría ... en los que podía vivir en una realidad diferente.Hubo otra pausa en la que tenía la mirada fija en ninguna parte.
-Ahora tienes la oportunidad de hacerlo ... Puedes vivir de manera diferente, pero sólo si es eso lo que realmente quieres ... - Dijo mirándome - No puedes quedarte aquí eternamente.
Eso realmente me sorprendió, sabía que no podía quedarme allí para siempre pero no pensé que tendría que decidir ese detalle tan pronto.
-No me refiero a la casa Marián, aquí puedes vivir el tiempo que quieras - Me dijo como leyendo mis pensamientos - Una semana, un mes, un año, toda la vida si quieres. Esta es y seguirá siendo tu casa. Me refiero a que tienes que enfrentar la situación ... Enfrentarte a él en algún momento y tomar las acciones necesarias.
Lo sabía ... Desde el mismo instante en que salí de la casa sabía que debía enfrentarme a él en algún momento, pero el sólo hecho de pensarlo me aterraba. Juan Andrés había demostrado que no me dejaría libre tan fácilmente, que me buscaría hasta encontrarme y sólo Dios sabía lo que me haría al hacerlo. Pero también sabía que la razón que me había motivado a escapar de él sin mirar atrás, debía ser mi fuerza y valor de ahora en adelante.
-Lo sé - Asentí - Pero no dejo de tener miedo ... Miedo de que no le importe que esté embarazada o de que por el contrario, me quiera retener a su lado por ello.
-¿No lo harías?
-¿Hacer qué? - No podía creer que me preguntara eso después de todo lo que le había contado.
-¿Quedarte a su lado e intentar arreglar las cosas por el bebé?
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Mi puerta al paraíso
RomanceCuando todo lo que me hace feliz eres tú, pero no lo sabía