Capiúlo 2: Confeciones

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Regresaba de a mi casa mientras recordaba aquella chica con el nombre de Lían, era de piel morena clara, sus ojos grandes color ámbar, el color de su cabello completamente negro el cual le llegaba a media espalda, delgada y de estatura un poco baja cuando menos me di cuenta ya había llegado enfrente de mi casa.

Aquella mansión de 2 pisos color blanca con rojo ladrillo, entre por la puerta y lo primero que vi fue a mi hermano en las escaleras con su cabello corto color azul con destellos blancos, sus ojos color verde, con piel color clara, también aquellos pantalones pegados con tenis de bota y con dos o tres pulseras en los brazos aquella persona y yo tan distintos que no podía creer que fuéramos hermanos bueno tampoco es como si nos pareciéramos a nuestros padres pero regresando a la realidad lo primero que escuche fueron las palabras de Samael que me decían:

- Llegas tarde hermano, estas no son horas como para que andes en la calle ¿no crees?

- No te comportes como el hermano mayor en estos momentos, por favor

Al decir esas palabras sentí como mi hermano lanzaba una mirada de sabelotodo y al mismo tiempo fría y calculadora, agregándole una voz fría y gruesa.

- Si no quieres que nuestros padres se enteren de esto puedes simplemente pedir perdón en este momento ¿sabes?

- Claro como no hermano

Al decir esas palabras cerré la puerta que aún se encontraba abierta. Al terminar de realizar esta acción mi hermano Samael dijo acercándose a mi

- No quieras sobre pasarte del lugar que te corresponde Abaet

- Y como siempre poniéndote encima de las demás personas ¿no? como si de verdad te quedará Samael.

Aquellas palabras las dije con una risa un poco burlona tratándolo de hacerlo molestar, sin embargo el ya no contestó nada, el simplemente se dio la vuelta rumbo a su habitación, pero yo me quedé adelanté de la puerta un par de minutos más, cuando sentí atrás de mi a mis padres llegar.

- Oh! Abaet que haces en la puerta.

- Yo.. nada en especial Padre.

- Entonces apártate por favor nos impides la entrada.

Sin decir nada más camine así adelante hasta llegar en donde empezaban las escaleras. Luego voltee a ver a mi madre que se dirigía rápidamente al cuarto de Samael mientras mi padre se dirigía a la cocina con la misma rapidez.

- ¿Samael estás en tu cuarto ? Baja un momento tenemos que hablar.

- Madre espera estoy a tendiendo algunos asuntos importantes aquí.

- Date prisa te doy solo 90 segundos para estar abajo.

- Si claro.

Cuando mi madre estaba bajando las escaleras dirigió una mirada aterradora hacía mi dirección, diciéndome con una voz seria.

- A ti también te quiero presente en la cocina para hablar.

Al terminar de decirme esas palabras quitó su mirada de mi.

Camino con rapidez hacia la cocina, yo simplemente quería seguirla pero en ese momento ella tenia una aura un poco maligna así que decidí quedarme en ese lugar cuando menos medí cuenta mi hermano estaba enfrente de mí y con tan repentino cambio de humor ya que con una sonrisa me miró diciendo

- Vamos que nuestra madre espera

Con estas palabras simplemente se dirigió así la cocina y tan solo unos pasos atrás de él estaba yo siguiéndolo para ver el acontecimiento en el cual nuestra madre había querido reunir a toda la familia.

Guerra  de Clanes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora