No hace más de un año que me he enamorado de una persona no tan comúnmente, para no decir extraña o algo más ofensivo, esa persona me enseñó a ver otra perspectiva del mundo.
Yo siempre estoy pegada a los libros e iba a un café llamado El pensador, para leer todos los días, aquel lugar tan verdaderamente acogedor, las paredes pintadas de un color ámbar pero resaltaba un pedazo de pared cuyo color era negro, en ese pedazo de pared podrías escribir un poema, un verso, o una experiencia un poco corta, era ese el lugar donde los clientes podíamos expresarnos libremente.
Unas mesas esparcidas alrededor de todo el restaurante, pero no con sillas en debes de eso eran sillones chicos demasiado cómodos, junto a la entrada el mostrador, donde podías escoger el tipo de bebida que querías tomar había todo tipo de cafés incluso se encontraban algunos de otros países, también galletas de la misma variedad que el café, vendían unas gomitas que acompañadas con el café era una exquisita golosina.
Un día en particular el entro al café era una persona que no podía pasar desapercibida a cualquier lugar al que entrara, era de cabello rubio un poco largo pero delgado le llegaba hasta el principio del cuello, con ojos de diferente color el del lado izquierdo color café claro mientras que el derecho color rojo, ambos ojos estaban maquillados pero el ojo izquierdo solo tenía una poca de sombra negra difuminada mientras que el derecho estaba completamente delineado haciendo un ojo tipo rasgado, también llevaba lentes unos con armazón negro, en la boca también tenía negro pero solo en las esquina aquellas líneas no se juntaban para no perder el grosor de sus labios, era de piel blanca también recuerdo que lo primero en que me fije mi vista fue en su mano derecha ya que en cada uno de sus dedos estaban unas líneas, en ese momento pensé que eran tatuajes pero aquel tatuaje empezaba en la punta de la uña y terminaba a la mitad del dedo en donde se encontraban 3 anillos ya que no tenia anillos en el dedo medio ni en el pulgar, también llevaba puesto un collar y vestía ropa color negra una chaqueta de cuero negro pantalón negro de mezclilla.
No podría imaginar que una persona así existiera, me distraje tanto que aquel libro que tenía en mis manos se resbaló, justamente en el momento en el que esa persona iba pasando el libro cayo directamente en su pie con la portada cerrándose, el simplemente vio hacia bajo y vio con cara de sorpresa aquel libro bajo sus pies agachándose para recogerlo se quedo unos pocos segundos viendo aquella portada mientras me arme de valor para, decir
- Disculpe ese es mi libro
Lo dije con una voz un poco temblorosa al no escuchar una respuesta de el volví hablar
- Perdón no era mi intención que cayera en sus pies
Suspire mientras colocaba cuidadosamente mi mano encima de mi pecho en ese mismo instante él se paro y me dijo
- No te preocupes es solo que me llamo la atención del título que contiene este libro
Su voz era tan dulce todo lo, contrario a su apariencia, el libro se llamaba Las Hermosas cosas del mundo hizo una sonrisa un poco burlona y dijo
- Supongo que ese libro no trata de de vampiros o demonios no ?
Al principio mostré una cara confundida pero enseguida mostré una sonrisa a continuación de eso comente
- Ojala se tratara de eso pero sin embargo este libro no es tan malo en realidad
Después de mencionar esto el simplemente se rió, enseguida de eso el comento
- Así que te gustan todos esos libros de fantasía
- Si me gustan mucho aunque también me gustan otros tipos de libros
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Guerra de Clanes
PertualanganPrologo Pensando en la inmortalidad, te das cuenta que todo está más cerca de lo que imaginas. Vampiros, hombres lobo, extraterrestres y ese tipo de mitos, pero cuando te encuentras atrapada en su mundo cambias completamente de ideas a las que te de...