Astuta, bella, inteligente, y letal. La combinación perfecta para convertir a ____, con tan solo 26 años, en una de las agentes de S.H.I.E.L.D con mayor rango.
Tras 4 años fuera de casa, está lista para volver a la rutinaria S.H.I.E.L.D, y reencontr...
-Sí, pero quería verte de cerca- mi boca se secó rápidamente y mi risa dejó de sonar, él, mientras tanto, como si nada, se paró extendiéndome su mano, que con gusto tomé, aún un poco ruborizada por sus palabras.
Salí disparada del gimnasio directo a mi cuarto donde me encerré, tenía demasiadas cosas en la cabeza y las que más resonaban en estos momentos, eran la cara de Rogers, y sus dichos...
Para ser una espía, no soy buena leyendo intenciones. Ni siquiera me preocupo por ellas en realidad, desconfío hasta que las razones para no hacerlo son suficientes, pero en este caso, no sabía qué hacer. Steve es una buena persona, debe ser una de las mejores con las que me crucé o cruzaré en toda mi vida, eso está claro, y aun así no estoy segura de si su comentario fue por cortesía, algún tipo de coqueteo sin sentido, o simplemente le gusto.
Por mi parte las cosas están más claras, él es inteligente, amable, dulce y atractivo, me gusta.
Y ahora no solo tengo que lidiar con la duda y mis propias certezas, sino que acepté a ir a una cita con él... bueno, no es una cita, solo es el pago de una apuesta... ¡demonios! Ya me estoy inventando toda una historia, y quizá solo tiene onda conmigo como amigos, o ni siquiera eso, es sólo porque estamos en el mismo equipo.
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Jueves 3 de Diciembre
La semana transcurrió con normalidad, desde el domingo que traté de evadir a Steve, quería alejarme un poco para tener otra perspectiva, pero el universo estaba en mi contra y se me hizo imposible.
De todas formas sabía que sería complicado no chocar con él, simplemente por el hecho de que vivíamos en el mismo complejo, y era mi entrenador, pero parecíamos dos imanes, cada vez que iba a alguna parte de las instalaciones donde nunca había nadie, me lo encontraba, si salía de noche a la cocina, él estaba ahí, lo mismo si quería entrenar hasta la madrugada, como sucedió el lunes...
Flashback: lunes 30 de diciembre, tarde en la noche
No dejo de cruzármelo... pensé, temprano ese día lo había tenido demasiado cerca nuevamente en un entrenamiento, y a mí eso no me ayudaba.
-Es frustrante- susurré para mí misma mientras trotaba una vuelta más, ya ni sabía cuántas iba, pero llevaba al menos 25 minutos haciéndolo.
-No sé de qué hablas, pero sí, claro- comentó alguien en tono burlón
-AHHHH- chillé cuando la figura de gran porte, me rebasó por la izquierda, frené en seco, haciendo que casi me cayera.
-Te tengo- comentó con una sonrisa mientras agarraba mi brazo y me tiraba hacia él, muy cerca suyo, lo empujé con rabia
-¡Rogers esa maldita costumbre que tenés de asustarme no es para nada de mi agrado!-
-Asumiste que te asusto- aún tenía una estúpida y bonita sonrisa en el rostro, lo empujé con aún más enojo.
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