Te reto que me dejes ser tu único amor.

53 4 0
                                    

¿Hace cuánto no hablamos? ¿Un mes? ¿Dos? ¿Un año? ¿O quizá una vida?

Parece que fue una vida atrás, o un siglo, cuando ambos nos queríamos; nos queríamos con la ternura e inocencia de los niños, pero con la fuerza de un par de adolescentes enamorados; y eso éramos, al fin y al cabo, un par de niños jugando a amar como un par de adolescentes quienes juegan a amar como adultos.

Solíamos ser como perro y gato, no nos podíamos ni ver; si estábamos en la misma habitación, parecía que estallaría la tercera guerra mundial. Pero así era cuando estábamos juntos, una guerra por saber quien estaba más herido de los dos.

Así pasaron los meses, después los años; tiempo en el que no hablábamos ni cruzábamos palabra alguna, si tú entrabas a la habitación, yo me daba la vuelta para no verte; tu orgullo y mi corazón roto, nos impidieron volvernos a ver.

Tu dirección fue a la izquierda, la mía a la derecha. Confiamos en que, con suerte, no nos veríamos con tanta frecuencia como antes.

Pero, olvidamos que el mundo es redondo, amigo mío.

Ahora, tres años después, nuestros caminos parece que se vuelven a cruzar; ahora puedo ver tu silueta caminando acercarse peligrosamente a mí; puedo ver como formas esa sonrisa pícara tan tuya al ver –lo que yo creo que es- mi des estilizada silueta.

Quiero que sepas, que jamás te olvidé. Que jamás hubo un día en el que no pensara en ti, en mí, en nosotros. Quiero que sepas, que te seguía recordando con cariño, día a día, al verte pasar, así me diera la vuelta para que no me vieses, lo hacía; te miraba de reojo, y te comparaba con aquel niño que yo solía conocer y pensaba "¿qué le pasó?" sin embargo, sacudía suavemente mi cabeza y me concentraba en mi presente.

Ahora, tres años después, te veo acercarte; levanto mi mano con timidez, y la agito con suavidad en tu dirección, como saludo, y para mi sorpresa, me devuelves el saludo. Y también para mi sorpresa, mariposas...-más bien abejas asesinas-, revolotean en mi vientre; y para mi sorpresa, cuando sonríes, me tiemblan las piernas...- más bien, me derrito-; así que solamente hay una explicación para esto.

Estoy enamorada de ti nuevamente.

Traducción.

Ya no tengo remedio, estoy perdida.


Mis cartas para el mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora