Nunca había dormido en un lugar donde mi familia no
durmiera.
¿Una pijamada?
No las conocía, nunca me dejaban salir,
convivir o tener amigos muy cercanos, tampoco.
El irme a dormir a casa de uno de mis amigos por una
fiesta no estaba en mis planes.
Conociéndote y comenzaron las mentiras, tuyas, mías, de
todos realmente.
«Ma, puedo ir a la casa de unos amigos, me quedaré a
dormir porque le harán una fiesta a un amigo, estudian
donde yo, llevo tiempo de conocerlos, si, no pasará nada»
Si contara cuántas mentiras hubo en esa plática, mis dedos
de la mano no son suficientes.
Literal, tenía unos días de conocerte, y no en persona, fue
por una app que me encontré por ahí de citas y
encuentros, me convenciste, aparte, te me hacías y aún lo
haces, guapo.
Ni siquiera sabía dónde estudiabas, o conocía a tus
amigos, no habría ninguna fiesta, y quizá solo seríamos tú
y yo en tu cuarto, eso no se definió bien, aparte ni
siquiera buscaba sexo con alguien, solo quería amistad.
Fue algo curioso y raro, pero mi mama acepto y al día
siguiente, ya estaría conociéndote.
ESTÁS LEYENDO
¿Cómo le digo al corazón que ya no estás?
Poesía¿Te has preguntado qué piensa el corazón? ¿Qué siente cuando se rompen mil pedazos por alguien que no valió la pena? Me cuesta aceptarlo pero en este punto de mi vida me di cuenta que puedo escuchar a mi corazón y me habla de una forma muy ruda y p...