Me despierto media hora más temprano de lo que debería, froto mis ojos para espantar el sueño, me levanto y busco ropa, sigo encontrando cosas que antes no había visto en los cajones, una remera blanca manga corta con el diseño de una carta de póker aparece ante mí, no logro reconocer que símbolo es, pero me gusta y decido que la usare junto a un jeans negro. Tomo toda la ropa y salgo de mi habitación para ir al baño, ésta casa tiene como tres o cuatro baños, aún no estoy seguro, aunque encuentro que es demasiado, prefiero que sea así, ya que probablemente si hubiera un solo baño, James se la pasaría peleando conmigo.
Entro a la ducha, diez minutos después cierro la llave y me seco el cuerpo para ponerme la ropa, me lavo los dientes y hago el resto de cosas que necesito para estar listo, salgo del baño y veo que James está recién resurgiendo de su habitación.
—Ni creas que me apresuraré solo porque tú ya estás listo —dice poniendo la mirada en blanco y caminando hacia otro de los baños que está en los pasillos. ¿Por qué me habla así? Yo ni siquiera le dije nada.
Solo lo miro y escucho sin mucha atención el comentario. Voy por mi mochila a la habitación, tomo mi teléfono y lo meto en alguno de los bolsillos de mi chaqueta, busco con la mirada la patineta roja, en primera instancia no la encuentro, pero luego recuerdo que Alberto me dijo ayer que ya estaba algo gastado el skate, lo respondí que le tenía cariño, Alberto solo asintió mientras reía, luego me lo pidió para llevarlo a un taller, así le cambian las ruedas y lo aseguran un poco más.
Estoy técnicamente obligado a usar una de las patinetas nuevas que están detrás de la puerta de mi habitación, al analizarlos tomo el que tiene rayas negras y blancas.
—Hoy es tu primer día —le susurro al skate cuando lo tomo. Mi propio comentario me saca una sonrisa. Cierro la puerta de del cuarto y comienzo a bajar las escaleras al primer piso. No me encuentro con James, pero sí con Jennifer, quién está sirviendo el desayuno.
—Buenos días —me dice Laura.
—Hola —saludo con una sonrisa.
—¿Ya te vas? ¿Y James? —pregunta Alberto, mientras toma un sorbo de lo que creo es café con leche.
—Si ya me voy —respondo, dejando algunas cosas del desayuno en mi bolso, llevo extra para compartir con Lily —James está algo atrasado así que prefiero adelantarme.
—¿Estás seguro? —pregunta Laura.
—¿No quiere desayunar antes de irse? Aún es bastante temprano —agrega Jennifer.
—No, estoy bien, llevo bastante —respondo apresurado, no quiero que la conversación continúe y le dé el tiempo a James para alcanzarme, ya no soportaría más otro viaje en su auto, la música insoportablemente fuerte y la velocidad para morirse, no gracias.
Lanzo mi skate nuevo al suelo y me subo encima para poder patinar por la acera hasta llegar al Colegio, ya estoy cansado del silencio incomodo que hay entre James y yo mientras viajamos. A él no le gusta llevarme, y a mí no me gusta viajar con él, es un favor para ambos después de todo.
Un par de vueltas más y ya estoy en el Colegio, aunque llego algo cansado, no puedo evitar pensar en que fue una buena idea venirme solo, pero con lo pesado que es James estoy seguro que se enojará por no haberme venido con él, no porque le interese, sino por la reacción de Laura y Alberto.
Pero la velocidad la decido yo, y en este caso, la tengo en mis pies, no sobre su auto.
Meto mi patineta al casillero en lo que camina gente por los pasillos.
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Tú Eres el Primero
Teen FictionRyder vive hasta el día de hoy en un Orfanato. Él sin saberlo, despues de cumplir sus 14 años, obtuvo la suerte de ser adoptado. Pero el papeleo es largo y el tiempo rapido. Es por eso, que Ryder se enteró de aquella oportunidad a sus 16 años. ...