Capítulo 2: Blake Waiting

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Aquellos ojos verdes no dejan de mirarme, yo mismo me regaño por lo que he hecho, comienzo a pensar bien en las palabras que debo decir, pero estoy tan distraído mirando aquellos labios, que de mi boca salen cosas sin pensar:

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Aquellos ojos verdes no dejan de mirarme, yo mismo me regaño por lo que he hecho, comienzo a pensar bien en las palabras que debo decir, pero estoy tan distraído mirando aquellos labios, que de mi boca salen cosas sin pensar:

—Lo lamento —hablo con rapidez —no fue mi intención, yo venía... y tú estabas... y yo... tu camiseta...

—Detente —Dice —¿Al menos entiendes lo que me estás diciendo?

—No, si, o sea, perdona — Rayos ¿Por qué mi cerebro aún no se conecta?

—Solo... solo olvídalo —dice él, mientras pone la mirada en blanco y comienza a caminar por mi lado.

—¡Espera! —le grito —Tengo que regresarte la camiseta que he dañado.

—No está bien, solo...

—Nada, no digas nada, solo espera aquí, voy a mi cuarto —me doy la vuelta y comienzo a subir las escaleras con velocidad. Llego a mi habitación, y abro los cajones de mis muebles que tienen ropa nueva. Tengo tantas camisetas. Que una menos no me hará falta.

Encuentro un cajón lleno de jeans, otro lleno calcetines, de pronto al fin encuentro uno de camisetas de todos los colores del arcoíris. Al fondo encuentro algunas blancas, una sonrisa se forma en mi rostro al verla. Mis manos la toman, me doy la vuelta para regresar al primer piso de la casa y así poder devolvérsela a ese chico. Pero él está apoyado en la puerta de mi habitación.

—Chale, me asustaste —digo casi de un grito, mientras intento respirar con normalidad.

—Lo lamento —dice él, levantándose de hombros y entrando a mi habitación sin mi permiso.

—Es tuya —le entrego la camiseta, él la mira y me la recibe, la lanza a mi cama y sin aviso previo, con sus dedos frota la parte inferior de la que lleva puesta, la levanta con velocidad, y su cuerpo queda al desnudo ante mí. Trato de desviar la vista y pensar en otra cosa, ya que lo peor que me puede pasar ahora, es sonrojarme por verle el pecho desnudo.

Algo me causa mucha curiosidad, y es que cerca de la cintura, tiene un moretón un poco grande, él debe ser de esa clase de chicos que se la pasan peleando o alguna otra cosa similar.

Vuelve a tomar la remera, levanta sus brazos y deja que caiga por su cuerpo. No sé si estar feliz porque ya no está incomodándome su desnudez, o triste porque ya no puedo verle. ¡Cascaras! ¿Qué rayos estoy pensando?

—¿Vives aquí? —me pregunta él, mientras con su mirada rodea la habitación.

—Si —respondo mientras al mismo tiempo asiento.

—¿Y qué? ¿Eres primo de James o algo así?

—No, yo soy... soy su hermano —aun aquellas palabras no me hacen sentir algo, pero supongo que es cosa de tiempo. Apenas llevo cerca de dos días aquí. — —¿Hermano? —Él enfoca su mirada en mí, expresando curiosidad, pero al mismo tiempo enseñando confusión —No sabía que James tenía un hermano ¿Estuviste secuestrado en una isla todos estos años? ¡No! Déjame adivinar, escondido en el sótano hasta ser bonito.

Tú Eres el PrimeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora