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En su habitación le cuento todo, hasta como por mensaje se hizo pasar por él y su enojo era por él, hasta como terminamos intimando.

— ... y ahora no tengo idea de que va a hacerme después de esto, sacando la parte en la que tiene mi celular.

Estoy sentada en su cama y Bruno esta sentado en su silla de computadora con la mirada en el piso.

— Dios mio Ivanna, dime que te cuidaste... — Me dice cerrando los ojos y apoyando una mano sobre su rostro.

— ¡Claro que si! — Le contesto ofendida.

— ¡Voy a matar a ese pendejo! — Grita de golpe.

Se levanta y empieza a caminar de un lado a otro.

— ¡Si vuelve a ponerte un puto dedo encima, lo mataré, juro que lo mataré! — Grita indignado — ...Y tú Ivanna, no puedo creer que cedieras de esa manera, no después de toda la mierda que te hizo.

— ¿Y que querías que me violara?

Él se queda callado y me mira fijo. Yo no aguanto y rompo a llorar. Larga un suspiro y luego se sienta a mi lado y me abraza. Sus familiares brazos me rodean como tantas veces lo hicieron desde que tengo 10 años.

— Perdón si soy duro... — Balbucea contra mi pelo. — Es que eres como mi hermanita pequeña.

— Solo eres 4 meses mas grande que yo... — Le contesto entre lágrimas.

— Aun así, siempre te veré como la hermanita pequeña que tengo que proteger. — Su voz se suaviza. — Mi pequeña y ahora desvirgada hermanita.

Yo rompo a reír. Hasta en este tipo de situaciones sus malos chistes tienen lugar.

— Ay... cállate. — Le digo apartándome y limpiándome la cara.

— ¿Tienes idea de lo que vas a hacer cuando veas a Julián? — Me pregunta Bruno con voz neutra.

Pienso. Alzo las cejas sin quitar la mirada de los auriculares enredados en el piso de la habitación de mi amigo. No tengo idea. Estoy perdida.

— No tengo ni la menor idea.... — Confieso. — Por salir de un problema me metí en otro peor.

Escondo la cara en mis manos.

— No. — Me contesta de golpe. — Acostándote con él acabas de salvas su demente trasero.

— ¿Qué? ¿Por qué?

Estoy confundida.

— Piénsalo Ivanna. — Se pone de pie y comienza a caminar de un lado a otro. — Secuestro, agresión , violación...¿Sabes el problema en el que se hubiera metido si te abusaba sexualmente?

— Pero no me hubiera dejado ir ... —  Lo interrumpo.

— Hubiera sido cuestión de tiempo para que tu madre y yo nos diéramos cuenta de con quien estabas. Julia y yo te dijimos que no confíes en él, pero no quisiste escucharnos y mira lo que te paso ahora...

Bajo la cabeza. Tiene razon, ambos me adviertieron.

— Aunque... me alegro de que las cosas pasaron así. Te hubiera marcado para toda la vida algo como una violación. Y hablando de esto ¿Por que te dejaste?

Me ruborizo.

— Hum... no se. Me sentí bien en sus brazos por un momento. Protegida, amada. Nunca había sentido algo así jamas... pero después del acto me sentí terrible, y quería alejarme de él a toda costa. Supongo que solo fue el momento...

Si, solo fue un momento de calentura. Silencio incomodo recorre la habitación. Es la primera vez que le cuento algo así. En realidad es la primera vez que me pasa algo sexual.

— Hum... bueno pero espero que no se te haga costumbre. — Me suelta mientras sus mejillas se sonrojan — No quiero tener que ir a rescatarte por todos los prostíbulos de la cuidad.

Se cruza de brazos fingiendo cara seria. Yo rompo a reír. Y luego de un momento ríe el también pero hay decepción en sus ojos.

— Vamos, te llevo a tu casa. No quiero que salgas sola. — Me dice amablemente.

— Gracias. — Le contesto sinceramente.

— De nada. — Me contesta besándome la cabeza. — Ahora sal, tengo que cambiarme, lo único que falta es que me violes tu a mi. — Bromea.

Río mientras salgo de su habitación.

Luego de como 10 minutos charlando con Alicia, Bruno baja. Con unos jeans, una camisa leñadora roja con capucha y una campera de cuero negra.

— Ahora vuelvo, voy a dejar a Ivanna en su casa. — Anuncia Bruno.

— Oh y de paso véte a la lechería y tráeme dos litros de leche.— Le dice Alicia sacando dinero de su cartera.

Yo estoy un poco ansiosa. Cuando subo al auto de Bruno, me doy cuenta de los nervios que tengo. Guardo silencio en el viaje. Cuando llegamos miro a mi amigo con la cara mas calmada que tengo. El toca mi hombro.

—- Hey.... tranquila. Todo saldrá bien. No dejare que nadie te lastime.

Abrazo a mi amigo.

— Gracias Batman. — Le agradezco con sinceridad.

— No es nada y ya sabes si no recuperas tu celular trata de estar siempre on line en tu computadora ¿Si? — Me dice. — Y grita si me necesitas .

No se como demostrarle todo lo que le agradezco que este para mi.

Bajo del auto y saludo con la mano a Bruno mientras se va. Cuando entro a casa, escucho que Guille ríe en el living.

— ¡¿Mamá?!... — Grito

— ¡Estamos en el living! — Anuncia mi madre.

Cuando entro en el living, con toda la naturalidad del mundo, freno en seco. Ahogo un grito y me quedo totalmente petrificada. Siento que el corazón me esta subiendo por la garganta y estoy a punto de vomitarlo.

Julián, sentado en nuestro sofá con mi pequeño hermano Guille, subido a su regazo. Y mi madre dándole café y magdalenas. ¡Mis magdalenas! Julián gira lentamente su cabeza hacia mi y luego sonríe pero la sonrisa no le llega a los ojos. Creo que voy a vomitar.

Solo tuya  [1] (BILOGIA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora