Crown 1

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El calor del verano conseguía marearlo un poco, pero aun así no flaqueó en su actividad. Tenía los músculos tensos por el esfuerzo que requería cargar a la chica que ahora sujetaba del pie con sus dos manos, elevando la al parecer para los demás, con mucha facilidad.

Él lo hacía bien, sin necesidad de repetirlo, lo que pasaba era que esa idiota a la que estaba cargando se hacía la interesante ante el equipo de football americano. Decía que todavía no lo manejaban lo suficientemente bien y por eso ya lo habían repetido unas 5 o 6 veces. Si seguían a este paso la terminaría dejando caer, no es como si tuviera la paciencia suficiente en ese momento, estaba cansado, posiblemente deshidratado, cargando con ambos brazos un peso de por lo menos 50 kilos, joder, ¿pero que comía esa tipa que parecía mas pesada de lo normal? ¿acaso el bruto de su novio la había dejado embarazada?, lo mas posible se dijo en su mente.

-Hey, Saku, ¿ya casi terminamos? se me están muriendo los brazos-Estaba harto, ya no iba a aguantarlo mas.

-¡Eres un llorón Taiga! ¿ves por que no te quería en mi equipo? ya ni las chicas se quejan tanto como tu-Se dejó caer en sus brazos y que la cargara como princesa, para luego que ella saltará de estos, cayendo delicadamente, como si fuera una adorable hada del bosque, era una lástima que tuviera más bien el carácter de una bruja malvada. Rodó los ojos ante su comentario fuera de lugar, además, si las chicas no decían nada era porque le tenían miedo.

-No seas tan gruñona Saku-chan, además a mi ya se me estaba cansando la cara de tanto sonreír-Miró a Momoi con agradecimiento, ella era la única que lo defendió desde un inicio, cuando había entrado al equipo.

Cuando vio que la tipa de pelo castaño se había alejado lo suficiente suspiró con alivio y la insulto mas de una vez en voz baja, y para cerrar con broche de oro le paró el dedo medio sin que ella lo notará.
La pelirrosa a su lado rió divertida por la situación, ella tampoco aguantaba a esa chica, aunque joder, la verdad era que aunque les doliera a ambos, era preciosa y se movía y estiraba como ninguna otra chica, no por nada era la capitana.

Siempre, desde pequeño, había sufrido mucho por los insultos y malos tratos que le daba la gente al saber que le gustaba la porra, ¡pero no era nada antinatural! al menos no para él, que le había gustado la gimnasia desde joven y además amaba el baile, la porra había sido un descubrimiento increíble para su yo de 10 años que incluía las dos cosas que mas amaba.

Su madre lo había apoyado desde el inicio, su padre...pues, se podría decir que él prefería que su hijo hiciera cosas mas masculinas, al final de cuentas, cuando su equipo de secundaria ganó y fueron pentacampeones, no se volvió a quejar de él ya, incluso le preguntaba si no necesitaba ya nuevo uniforme o si harían algún evento.

Pero los demás no eran como sus padres, quienes se daban la oportunidad de analizar bien las cosas y ya luego opinar, aunque a él poco le importaban las opiniones de los demás. El siempre había sido uno de los pocos, o tal vez el único, que formaba parte de esos equipos, y en más de una ocasión lo habían tratado de gay, chupa...bueno, ya saben, de afeminado, travesti, etc. Pero era todo lo contrario, pues no porque estuviera en la porra iba a usar mini faldas o mini shorts con tops o camisetas pegadas, no, claro que no, aunque no iba a negar que la idea siempre le había dado curiosidad. Él tenía su propio uniforme, un pants, que si bien era pegado no era para tanto, y una camiseta sencilla con el nombre del equipo. En la actualidad seguían molestándolo, no solo por ese tipo de cosas, si no también porque se rumoraba que se acostaba con Himuro Tatsuya, que en realidad sólo era su amigo, pero por suerte siempre estaba la pelirrosa ahí para brindarle de su apoyo.

-No le hagas caso Kagamin, ya sabes como es ella.

-Joder, no se como la aguantas Momoi, es una bruja, que digo bruja, ¡es el diablo mismo!

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