4. Una página de citas

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Algún lugar del mundo.

En la pantalla de un televisor cualquiera está a punto de comenzar el nuevo anuncio de Mechanic Dating, una página web que concierta citas de personas con robots. En ella tienen cabida las personas sin pareja y con pareja. El primer objetivo de Mechanic Dating fue demostrar que los seres humanos podemos entablar relaciones de amistad con máquinas programadas puesto que la tecnología ha avanzado hasta un punto en el que nos sobrepasa. No obstante este primer objetivo fue totalmente superado por una demanda mayúscula de hombres y mujeres que buscaban "esa pareja perfecta".

Comienza con una música esperanzadora. El piano, solista durante los tres primeros segundos, da paso a un violonchelo que le acompaña ajustando notas un poco más bajas. La cámara enfoca el mar y su infinito en lo que parece ser un puerto. Con un fundido a negro pasa a enfocar a un hombre con una camisa azul claro en primer plano. Está sentado, cubriéndose la cara detrás de sus brazos, ambos descansando sobre una mesa. Cuando levanta la cabeza pueden verse sus dos ojos verdes. La música sube un poco el ritmo y el volumen.

Lo siguiente que enfoca la cámara es la cara de una chica, o más bien la mitad derecha. Se pueden apreciar sus pecas, sus labios pintados de rojo, sus ojos marrones y grandes bordeados de color negro. Su boca se torna en una sonrisa sincera y sus ojos dibujan vergüenza, entrecerrándose un poco.

Ahora entran en acción dos violines y un violonchelo mientras vuelve a incrementarse el sonido.

El próximo plano vuelve a enfocar el mar desde el mismo lugar que al inicio. Dos manos de distintas personas entrelazadas surgen desde arriba. Dos individuos se dan la mano mientras pasan por encima de la cámara. Son el chico y la chica de antes, caminando de la mano hasta que podemos ver sus cuerpos enteros.

Entonces la pantalla se funde a negro y dos frases acaparan la totalidad del marco.

¿Estamos preparados para sentir qué es el amor?

Entra en Mechanic Dating y compruébalo.

Lo último que se ve es el logo de Mechanic Dating, una M y una D sobre un falso escudo de armas.

Madrid.

Las violentas bocinas de los coches agolpados a lo largo de la avenida, con su interminable hilera de semáforos, ahogaban los nerviosos pensamientos de Samuel. Nunca hubiera pensado que se vería obligado a usar Mechanic Dating, y menos que terminaría encontrando algo de su gusto. Pero eso lo comprendería más adelante

El hallazgo se había producido una semana atrás. La página ofertaba un robot con aspecto de mujer en Madrid y la lista de interesados había alcanzado los cinco centenares y medio. Mediante un proceso de elección que duró tres días salió elegido Samuel, un chico de 28 años de Málaga que trabajaba como subdirector en una empresa textil. Su actitud, fría e incluso mezquina, le había llevado a un puesto de verdadero prestigio dentro del sector, pero también le había arrebatado gran parte de sus amistades.

Si Samuel quería a alguien que le escuchara bastaba con ir a cualquier bar. Si Samuel quería desfogar su lívido bastaba con ir a cualquier club de alterne. Vivía una vida que muchos sueñan y, sin embargo, a sus veintiocho años notaba que le faltaba algo por llenar. Lo descubrió un sábado por la mañana, mientras despertaba solo, resacoso y aún borracho en la cama de su gran piso en el centro de la ciudad.

Ahora, sentado sobre el asiento del conductor de su segundo Porsche 911 GT3 RS, acaparando las miradas de los viandantes, estaba a punto de conocer a su cita. Ni era una modelo, ni era una profesora de universidad ni era humana. Era un robot programado.

El parque en el que habían quedado olía a verano. Un grupo de niños corrían y gritaban mientras daban patadas a un balón. Un chico joven leía un libro de poesía bajo un árbol. Un empresario andaba hacia el banco en el que una chica aparentemente más joven que él, metida en un vestido blanco con franjas de color azul marino y el pelo recogido con un lazo, le esperaba sonriente. Preparando su primera frase. Preparada para cualquier frase.

¿Estamos preparados para sentir qué es el amor?

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