Black Side II

2. Un encuentro inesperado.

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Ponyville 2017

 

   Todo quedo en un silencio sepulcral después de cerrar los ojos, logrando escuchar lo que parecía una gran masacre fuera dejando sollozos y gritos agudos. Twirly despertó lugar oscuro y frió, estaba en total penumbra y no alcanzaba a ver mas allá de sus propios cascos.

—¿En dónde se supone que estoy? —pensó en voz alta.

     Entre tanta penumbra la pelinegra logró divisar a lo lejos una una luz brillante de color azul. Sin pensarlo dos veces galopó tan rápido como pudo hasta llegar hacía ella. La luz provenía de una pony en estado fetal, cabizbaja y sollozando.

—¿Hola? ¿Se encuentra bien? —al no obtener respuesta volvió a preguntar— ¿Sabe dónde estamos?

     Twirly se desesperó al no notar una respuesta de vuelta y comenzó a bombardearla de preguntas para obtener su atención. La pony dió media vuelta fijando su vista en Twirly, a lo que la pelinegra quedó atónita por el aspecto que tenía la pobre yegua.
     Todo en ella era anormal, desde su pálido color de piel cubierta de sangre, hasta los dos enormes orificios en su rostro donde se suponía deberían ir sus ojos, mientras un liquido carmesí corria por sus mejillas desde el inicio de los oscuros orificios.

—¿Maestra Megan?... ¿Qué le...? —no era capaz de formular una frase coherente debido al asombro.

—Si Twirly, estoy muerta. Físicamente sí, pero por medio de mi alma logré escaparme de los cascos de esos monstruos por el momento. Te invoque para advertirte en gran peligro que corren tú y tu madre. No me queda mucho tiempo, solo escucha.

—¿Esto tiene alguna relación con el despertar de mi alter ego?

—Si, estás totalmente en lo cierto. Me logré escapar del infierno de esas basofias al enterarme de lo que planeaban, es totalmente terrible. Ellos me asesinaron para poder tomar mi forma y estarte vigilando más de cerca. La profesora Megan que actualmente está en la academia no soy yo, es una Darkness haciéndose pasar por mí. 
Sin más rodeos te diré quién eres en realidad según lo que escuché...

—¿Quién soy...?

Una ventisca se hizo presente junto con unas sombras rojas. Del otro lado de la pelinegra se formó algo, o más bien alguien.
El alter ego de Twirly se hizo presente de nuevo observando a su otra yo con total cinismo.

—Asi que aquí te escondías maldita rata de cloaca —se acercaba amenazante hacia Megan.

El alter ego justo detrás de la pony le clavó una daga que irradiaba una brillante luz roja y recitó un cántico en otro idioma, gritos de dolor y agonía pura se escuchaban por toda la penumbra. Twirly no pudo hacer nada, no se podía mover del miedo que su alter ego le provocaba.

—¡Basta maldita! —tomo todo el valor que pudo para gritar esas palabras para después empujarla.

—De todos modos he terminado —rió con total placer.

—¡Profesora! —se acercó al inmóvil cadáver y lo apoyó en ella.

—No te unas a ellos, pase lo que pasé, no lo hagas o ya no habrá vuelta atrás... —fueron las últimas palabras de la pony antes de cerrar los ojos por segunda ocasión y desaparecer en los cascos de la pelinegra.

Al azar la vista, se observó cara a cara con su otra yo; sonreía muy plácidamente. A Twirly lentamente fue cerrando los ojos para después desmayarse de nuevo.

—¡Despierta, joder! —gritaba una pony de piel amarilla y cabellos naranjados.

—¿Qué pasó...? —trataba de reincorporarse quedando estática al observar las espaldas de la otra yegua.

—¿Estás bien? —pregunto la pelinaranja.

—Si pero... ¡Mira detrás tuyo! —advirtio nerviosa.

Una yegua de piel oscura se abalanzó contra la pelinaranja quedando cara a cara. En medio del asombro, la yegua naranja abrió completamente sus enormes orbes.

—¿Lucy...? —unas lágrimas recorrían sus mejillas.

Capítulo 2

Un encuentro inesperado