La horda de demonios que se acercaban era inmensa. La familia de nefilims del Instituto de Nueva York estaban más que preparados para la batalla, pelando junto con cazadores de sombras de otras ciudades y partes del mundo, e incluso con subterráneos.
Alec recordó en un breve momento, la batalla de años atrás, contra Valentine Morgernstern, y deseó que aquella fuera la pelea, pues no se podía comparar. Le echó un último vistazo a Magnus antes de comenzar, éste ya tenía sus ojos gatunos posados en él, con una triste sonrisa en su rostro; después le guiñó un ojo.
No había tenido que pelear en esa lucha. Alec, así como la mayoría de sus hermanos y compañeros ya deberían de haberse retirado; pero era lo que ellos querían hacer, el tiempo había pasado demasiado rápido y sin poder evitarlo Alec aún se apegaba a su vida como cazador. Pudo a ver pasado el resto de sus días en paz, viviendo con Magnus, pero tanto él como su novio sabían que no podían hacerlo; ambos pensaban seguir luchando por lo que amaban, y lo harían juntos. Lo habían prometido.
La batalla había dado inicio y era una masacre, Alec no se distrajo por ningún motivo y siguió en su lugar, guardándole las espaldas a Jace, su Parabatai, mientras divisaba a lo lejos chispas y destellos azules que le indicaban donde Magnus estaba peleando.
El nefilim se dio cuenta de que sus labios se curvaban en una ligera sonrisa; Magnus no era la clase de persona que se lanzaba a pelear en la batalla. Era un guerrero, claro, pero el brujo normalmente aplicaba su magia y su sabiduría de otras maneras, pero el verlo ahí, entegándolo todo por él y por su gente, le causó un profundo afecto a Alec.
El ojiazul no dejó que sus pensamientos lo detuvieran y de hecho encontró algo de motivación en ellos. Cualquier movimiento en falso y Jace podía acabar muerto. No podía permitirse cometer un error. Incluso en momentos también protegía a Isabelle, que peleaba no muy lejos de ellos, pero Alec confiaba en que Simon la protegía a ella, y lo dejo un tanto tranquilo.
La pelea casi llegaba a su fin; no lo parecía pero tanto Alec como Jace lo presentían, sentían cerca la victoria y si se detenían unos segundos podían presenciar cómo cazadores de sombras y subterráneos aún seguían en pie. Pero ese sentimiento no duró mucho.
«Magnus» pensó Alec, y cayó al suelo de rodillas. No tenía ninguna runa Parabatai junto con Jace pero a pesar de eso pudo sentirlo; ellos también estaban conectados de cierta forma. A pesar de que su cuerpo no le respondía correctamente, se las arregló para levantarse y corrió hasta donde se encontraba el brujo.
Se sentó junto a él y le acomodó su cabeza en sus piernas. La herida en el abdomen era muy profunda y dejaba ver demasiada sangre, entendió que no tenía caso. Desvío la mirada de la herida para ver a esos ojos de gato que tanto amaba.
—Magnus, tú no... no puedes...
—Shhh —Magnus hablaba en murmullos y se notaba que le costaba trabajo —Tranquilo, Alexander.
—Magnus... —Alec sentía que sus lágrimas le ardían.
—Oye, tranquilo —el brujo estiró su mano para acariciar las mejillas del nefilim —lo hemos logrado —dijo forzando una sonrisa, con lágrimas en los ojos.
—¿Qué dices?
—Lo logramos —Magnus seguía acariciando sus mejillas —ya sabes, "hasta que la muerte nos separe".Alec rió sin poder evitar llorar también, pero si había una parte de el que se alegraba; Magnus no tendría que soportar otra muerte más, de alguien que él amaba, claro que era el nefilim quien tendría que sufrir, pero él prefería eso a que su brujo sufriera más de lo que ya había soportado por tantos siglos.
—Si, tienes razón —Alec se inclinó y lo besó dulcemente, era la despedida.
—Aku cinta camu, Alexander Lightwood.
—También te amo, Magnus Bane. Nunca amaré a nadie más como te amé a tí.—Ave atque vale —susurró Jace, detrás de Alec, con su mano en los hombros de su hermano.
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MALEC One Shots
FanficUna recopilación de fanfics cortos sobre Malec (Magnus Bane & Alec Lightwood) de las historias de Cazadores de Sombras por Cassandra Clare. PUEDEN CONTENER SPOILERS TANTO DE LOS LIBROS COMO DE LA SERIE.