"Yo No Soy Él"

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Con la espalda recargada en la pared de ladrillo y mirando sus pies suelta un suspiro; salir con Tsukishima era un problema y más cuando se trataba de encontrarse; lleva poco más de media hora esperándole en el mismo lugar y el chiquillo seguía sin aparecer.

¿Acaso le ha dejado plantado? Sacude la cabeza, ¡eso nunca! Primero le mataba antes de que le abandonara, sus sentimientos han llegado a tal nivel que si Kei le abandonaba él moría o mejor aún, le mataría antes de que alguien más pudiese tenerlo.

—Tsk —se pasa las manos por el cabello exasperado —. ¿Huh? ¡Oye tú idiota! —Grita para que el chico del otro lado de la acera se inmute de su presencia.

Cruza la calle y se posa frente a su objetico.

—¿Y a ti qué te pasa? ¿Crees que puedes pasar desapercibido con esa basura de disfraz? —Reclama ceñudo.

—¿Disculpa?

—¡No te hagas el desentendido! ¡Estuve esperándote más de media hora! ¿Te parece divertido hacerme esperar?

—No sé de qué me estás hablando —gruñe.

—Ah. Ahora resulta que te haces el loco. ¡Basta de juegos! Ahora mismo recibirás tu castigo —le toma de la muñeca, arrastrándole en dirección contraria a donde iba.

—¡¿Hah?! ¡Suéltame en este instante loco! ¡Me estas confundiendo! —Forcejea tratando de liberarse pero aquel que le arrastra es fuerte.

—¡Guarda silencio de una maldita vez!

.

.

Detiene sus pasos y pone pausa a su reproductor de música. Levanta la mirada del aparato y observa todo a su alrededor; ni rastro de la persona con la que se iba a encontrar. Sabía que se había tardado, pero no ha sido culpa suya, los trenes estaban a reventar y no pudo bajarse hasta tres estaciones después, con ese incidente tuvo que tomar otro y fue así que ha llegado con retraso. Pero... Kuroo no pudo irse, él siempre le esperaba aún si tardaba tres horas, entonces, ¿por qué no se encontraba en aquel lugar?

Entrecerrando los ojos saca su teléfono celular, debía llamarle y preguntar por su ubicación, no es como si quisiese verlo, aunque...

—¡Shin-chan!

Inconscientemente gira el rostro hacia aquella voz, unos metros más allá viene corriendo un chico de cabello azabache, todo sonriente y agitando la mano. Ignorándole vuelve la vista a la pantalla de su celular.

—¡Shin-chan no me ignores de esa manera si tú has sido el que se fue! ¡Shin-chan!

Ante la insistencia le vuelve a mirar, ¿acaso se refería a él?

—¿Huh? ¿Qué sucede con ese cabello? Creí que sólo ibas a cortar las puntas; eso es bastante exagerado. ¡Oh! ¡¿Acaso planeabas alejarte de mí con una nueva identidad?! Mo~, Shin-chan es tan cruel —lloriquea.

—¿Qué-¿

—No importa, aún así te quiero —sorpresivamente le roba un beso.

Atónito se deja hacer, mientras ese descarado le rodea el cuello y sigue besándole.

—Bueno, sigamos con las compras —le toma de la mano y le jala para continuar caminando —. Oye Shin-chan, ¿has encogido o yo he crecido? También tienes un sabor raro, ¿comiste algo?

.

.

—¿A dónde crees que me llevas? ¡Déjame ir maldito loco! —Sigue reclamando y tratando deshacer el agarre, pero todo aquello era inútil.

"De Encuentros Distraídos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora