"Encuentros"

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Takao suspira, ha estado rondando por los alrededores, tratando de despejar su mente pero el pensamiento volvía una y otra vez, atormentándole. En esos momentos se odiaba por tener una imaginación tan amplia; después de haber discutido con Shintaro ¿a dónde fue? ¿A su casa? Eso esperaba, ero la parte maquiavélica no pensaba lo mismo, lo hacía imaginar a Midorima corriendo a los brazos de aquel 'pelos necios' en busca de consuelo. Chasquea la lengua y sacude la cabeza. Y una mierda, su Shin-chan no era precisamente el hombre más gay del mundo, apenas y salía con él, simplemente no puede concebir la idea de Midorima engañándole, ¡era bastante descabellado! (Sí, como ese voleibolista).

Levanta la mirada y parpadea un montón de veces para aclararse la vista y darse cuenta de que ese que está parado a unos metros frente a él no es su queridísimo novio, sino aquel rubio al que besó por equivocación. Toma una gran bocanada de aire y se acera con el pecho inflado, tratando de no ser opacado por su altura, ¿qué edad tenía? ¿Montrunueve? ¿Tendrá la edad de su novio? ¿Acaso tendría su edad? ¡¿Acaso era de este planeta?! (Sí, lo mismo había pensado de Murasakibara, Shintaro y Kuroko. ¡Vamos! No puede haber personas tan altas o tan bajas conociéndose entre sí. Era o uno u otro).

—¡Oye! —Cierra la boca al instante, ¿por qué ha levantado la voz?

—¿Huh? Ah, eres tú —habla con indiferencia. ¡Por Dios si era tan parecido a su Shin-chan! —. ¿No estás con tu novio?

—Lo mismo te pregunto —levanta la ceja cruzándose de brazos y escaneándolo de la cabeza a los pies.

El rubio frunce el ceño y desvía la mirada, ambos han pensado en lo mismo, ¿y si sus novios estaban juntos? Sacuden la cabeza, pensar en ese tipo de cosas era una pérdida de tiempo.

—Oye, ¿quieres venir al departamento de Kuroo?

Takao inclina la cabeza hacia un lado, ¿por qué le estaba invitando a un lugar como ese? ¿Buscaba algo de él?

—Está bien si no quieres, sólo quería hablar un poco —da media vuelta para comenzar a caminar.

Takao valora las posibilidades. No le hará daño platicar con aquel chico; digo, ya se habían besado, no había posibilidad de hacer algo más ahora que se conocen y son conscientes de quienes son.

Exhala antes de salvar la distancia que le separa del rubio. Caminan juntos en silencio, con la mente en otro lugar, pensando en sus parejas, ¿dónde se encontrarán? ¿Estarán juntos?

El edificio es bonito, con un montón de plantas en los barandales, Takao podía decir que no había más de veinte departamentos. Suben las escaleras y llegan a la puerta con el número 15. Takao se siente extrañamente ansioso, de pronto los nervios le han asaltado; tiene el cuerpo frío y se estremece de vez en vez. El clima es propio de mediados de primavera, ni muy frío, ni muy caluroso, ¿qué estaba pasando con él?

El rubio saca la llave de su mochila de lado, Takao mira el llavero atentamente, un gato de plástico cuelga, con ojos y sonrisa altanera; sabe perfectamente a quien le recuerda. Mira el perfil del rubio, tan serio, tan guapo.

—Adelante —abre la puerta de par en par, invitándole a entrar.

Al momento de poner un pie dentro de aquel departamento su vista baja al tatami donde descansan dos pares de zapatos, y él conocía uno de esos pares. Levanta el rostro y escruta la oscuridad. No ve nada más que una ranura de luz al final del pasillo.

—¿Allá esta la habitación? —Señala con el dedo.

Tsukishima mira en la dirección señalada. Se le corta la respiración, ha reparado en el extraño calzado. ¿Kuroo le está engañando con en novio del chico a su lado?

"De Encuentros Distraídos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora