Capítulo 1: Recuerdos malignos

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Narrador Darth Vader:

"Watto: - ¡Anakin, Shmi vengan acá! Aquí hay alguien, que viene a verlos - gritó mi antiguo dueño, antes de convertirme en lo que soy.

Anakin: - ¿Quién es, quién es? - grité emocionado, nadie nos venía a visitar desde que estamos en Tattoine como esclavos y cuando llegué a donde estaba Watto, me quedé serio ante la persona que estaba ahí; era un hombre mayor, con cara amable, pero al mismo tiempo sentía que ocultaba algo más en su forma de ser, que me daba miedo, aunque yo no sabía porqué.

Shmi: - ¿Quién es usted? - preguntó mi madre no muy convencida.

XX: - Soy alguien, que vino a liberarlos de esta miserable vida - dijo seguro y volteándome a ver, yo no estaba tan seguro de lo que significaba, aunque me alegraba el hecho de que ya no seríamos esclavos y que por fin, podría vivir con mi madre en paz; pero jamás me imaginé, lo que sucedería después de que ese hombre firmara nuestra "supuesta libertad" con Watto.

Anakin: - ¿Señor, a dónde vamos? - le pregunté emocionado a ese hombre.

XX: - Vamos a casa, les voy a mostrar en dónde van a vivir, mientras termino unos asuntos para liberarlos de este mundo - yo me había emocionado tanto, que parecía un sueño hecho realidad; pero todo cambió, cuando a las dos horas después de haber llegado a una nave espacial más grande, el señor que nos trajo, nos llevó directo a nuestra celda de detención y en lugar de dejarme con mi madre, nos separó. En ese momento, no había entendido porqué pero al pasar del tiempo, él fue llegando para torturarme con sus rayos que provenían de sus manos - levántate niño, a ver si sabes defenderte - y volvía a lanzarme sus rayos - tus intentos de hacerte el fuerte, no servirán de nada para evitar el sufrimiento - y así se pasaban los días, meses hasta que logró por fin, su objetivo."

Darth Sidious: - ¿Estás listo, Darth Vader? - dijo mi ahora maestro sith, porque después de años de tortura y de ser obligado a seguir sus órdenes, me tuve que pasar al lado oscuro de la Fuerza; ya que no me quedaba nada, por lo que pudiera sentir amor o por lo que luchar, para que el bien prevaleciera.

Darth Vader: - Sí, maestro - yo estaba vestido con un uniforme negro, lleno de controles para mantener la respiración constante dentro de la máscara que traía puesta; desde que mi madre murió, mi mundo ya no tiene sentido, ni siquiera podía sentir el corazón ya que había sido consumido por la fuerza del mal o al menos eso creía.

Star Wars:  El amor de Darth VaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora