Solo juro que te amo~Capitán América Fanfic

Quiero ver al señor Stark

Tony Stark en multimedia, Iron Man
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Eran las siete de la mañana. Dania se acababa de despertar, por lo tanto, se fue a tomar un café.
Noto como una figura la seguía, pero no se asusto, ella sabía quién era.
-Isa, sal de debajo de la mesa, se que estás aquí, he oído como abrías la puerta mientras me cepillaba los dientes y como andas a hustadillas- dijo entre risas Dania.
Una chiquilla rubia, de la misma edad de Dania, salió de debajo de la mesa y se sacudió el vestido.
-Nunca te podre tomar por sorpresa ¿eh?- dijo tomando una taza y echando café en ella.
-Ya sabes quen no, mis- se vió interrumpida por la rubia
-Tus sentidos están mas desarrollados, lo sé señora adivina- dijo ella
-¿Alguna novedad?- dijo Dania mirando su móvil y bebiendo la taza de cafe.
-Nada- dijo Isa- el FBI está al margen de toda esa historia, nadie sabe donde esta el bando del capitán y parece que el bando de Stark tampoco lo sabe.
Y así es, Isa era una trabajadora del FBI. Ella le informaba de todo lo que pasaba en la actualidad, y en numerosas ocasiones le daba el chivatazo a Dania para que luchara en las misiones del FBI.

Se hizo el silencio hasta que Dania apartó su vista del móvil y miró a Isa, quien la miró fijamente, esperando a lo que tenía que decir. Conocía perfectamente a su amiga, sabía que no era como ella, pero la consideraba una hermana, y estaba muy orgullosa de ella.
-Stark llamó ayer, quiere verme hoy a las seis- dijo para que los ojos de la rubia se le salieran de las órbitas ante la suma calma con la que lo había dicho.
-¿¡En serio!?- dijo ella chillando.
-Tsschh, no grites- se quejó.
-Perdón- entonces se paro a mirar que su amiga todavía seguía sin vestir y con el pelo enmarañado- si vas a ver al millonario Stark tienes que adecentarte- dijo ella recliminadola.
-No me voy a casar con él- dijo Dania simple. Esas cosas nunca habían llamado su atención. Tal vez, si ella hubiera vivido una vida normal, ahora tendría ese gusto por la moda que tenía Isabelle.
Isa hizo un gesto con la mano y se fue corriendo a la habitación de Dania.
Cogió una blusa y un pantalon, pues conocía a su amiga y sabía que no solía llevar falda.
Se las dio en la mano a Dania, quien se disponía a ver la tele y se la llevó a cuestas al baño.
Allí, Dania se puso la ropa e Isa empezó su labor.
Mechón por mechón, fue ondulando el castaño pelo y lo recogió con una cola alta.
La maquilló un poco, no mucho, solo lo necesario, y la dejó libre, no sin antes darle unas botas de tacón tremendamente altas.
A Dania nunca le había molestado los tacones, se la daba muy bien, es más, la gustaba. Pelear con ellos era más peligroso para sus adversarios, ya que no para ella, puesto que era un as es la pelea con tacones. Además, la hacían más alta, pues su estatura era más bien baja.

Cuando salió por la puerta de su habitación, Isa la empezó a aplaudir. Pero más bien se plaudía a ella, puesto que veía que había hecho un buen trabajo.
Dania no era fea, más bien era muy bella, lo que pasa es que no le solía dar mucha importancia a su apariencia. Por eso, solía ser aún más bella, ya que no se lo creía.

Dania miró su reloj y se sorprendió al ver que ya eran las cinco. Cogió su chaqueta de cuero y salió de su casa, no sin antes recordar a Isa que al salir, cerrara la puerta.

Paró a un taxi y le indicó la dirección. El taxista la miró sorprendido al ver adónde quería ir, mas no pregunto.
Al llegar, Dania le dio una sonrisa al taxista y le pagó lo que le debía más una propina algo grande.
El taxista le miró extrañado y le dijo- esto es demasiado para ser la propina señorita- dijo agitando los billetes e intentando devolvérselos.
Dania los rechazó y le dijo- cómprele a sus hijos la televisión que querían y véase un buen partido con ellos- luego cerró la puerta, dejando al taxista entre asombrado y alegre.

Se dirigió bajo la atenta mirada de todos a la puerta de entrada de la empresa de Stark. Ella no se sentía conmovida por la gente que la miraba, seguía con la cabeza alta, aunque no tanto como para parecer altiva y egocéntrica.
Cuando llegó ante la secretaria, la habló- quería ver al señor Stark
La secretaria se rió con voz chillona- ya, mucha gente lo quiere ver, no eres la única, vete a la cola- dijo señalándome a un grupo de chicas y chicos que llevaban carteles con el nombre del millonario. A pesar de la burla de la rubia secretaria, Dania se mantuvo en calma.
-No soy yo la que quiere ver al señor Stark, más bien es el- la cara burlesca de la rubia cambió enseguida a una de miedo y preocupación.
-De veras perdóneme, le conduciré enseguida ante el señor Stark, señorita Roberts- y enseguida empezó a andar a paso apresurado por la empresa mientras que Dania la seguía.
El personal se la quedaba mirando admirado y sorprendido al no saber quién era la chica. La verdad es que Dania tenía un punto que te hacía verla superior y dominante ante cualquier situación, mas ella era muy calmada.
La rubia llamó a una puerta acristalada. Se oyó un pase y la secretaria entró.
Dania pudo oír como el hombre que la habló ayer se quejaba de que no le hubiera avisado de que venía.
La chica salió segundos después y la dijo que pasara.

POV'S DANIA
Al cruzar el umbral de esa puerta, pude encontrarme con una sala lujosa y acristalada, dejando ver todo lo que había alrededor.
Sentado en la silla estaba el señor Stark, más conocido como Iron Man, quien me miraba esperando un saludo de mi parte.
-Buenas señor Stark- dije tendiéndole la mano, él me la apretó
-Encantado de verla señorita Roberts- dijo sentándose en su lugar- siéntese- le hice caso y me senté al lado de el- supongo que sabrá por que esta aquí, sabrá que no la he llamado para coleccionar chucherías o cromos de fútbol.
-Soy consciente- dije formalmente, con esa voz profunda que me caracterizaba en ocasiones formales
-¿Sabe? Habla usted igual de grave en estas ocasiones como la Viuda Negra, ¿sabe quién es?- yo solo asenti- bien, la hemos estado investigando y creo que tiene un buen potencial y que lo usa de forma correcta- asentí- me gustaría saber que potencial tiene, demuéstreme algo que me sorprenda. Le aviso, he visto muchas cosas, pocas me suelen sorprender-dijo echándose para atrás, descansando en su silla
Yo me levante- bueno, eres Tony Stark o Iron Man, seguramente tengas problemas en la relación con tu novia por todo lo que tienes que hacer, tus padres murieron y te sigue doliendo y esa marca que tienes en la mejilla- se tocó esa cicatriz que tenía en la cara- te la hizo el señor Rogers, mejor conocido como capitán América. También cabe destacar que sabes donde está, aunque no se lo digas a nadie.
El se quedó mirándome sorprendido- eres alucinante, de verdad, ¿como has podido saber todo eso?- pregunta interesado
-Bueno, es parte de mi poder saber que es lo que piensa esa persona. Debería saberlo señor Stark- digo con una sonrisa
-Cierto- dice el dando con el bolígrafo en la mesa- Dania Roberts, ¿estaría interesada en unirse a los vengadores? Por supuesto se la recompensaría con una cantidad buena de dinero- dice el
Yo me paro a pensarlo, es mi sueño, pero ahora los vengadores están repartidos en dos grupos, ¿en verdad quiero estar en este bando?
-Déjeme pensarlo, señor Stark- el asiente extrañado, seguramente le suene extraño que desperdicie esta oportunidad o que ni siquiera la piense.
-Por supuesto- se acerca a la puerta y la abre- si mi oferta la interesa, estaré a su entera disposición- dijo y yo salí asintiendo, me giré- hasta luego señorita Roberts
-Hasta luego señor Stark- y con eso me giré y volví por donde me había llevado la secretaria.
Al llegar a la salida, me despedí de ella y salí.