Aceptar debo(y no puedo)
que a ella
le perteneces.
Aceptar debo
(y no puedo)
que tu corazón
no suspira
por mí.
Aceptar debo
(y no puedo)
que en las
tardes de antaño
en que te extraño,
la estrechas
en tus brazos
y le susurras
« Muero por ti »