Y de las millones de flores que abundan el mundo, de las margaritas, de las orquídeas, de los girasoles, de los jazmines, de las gardenias; siempre termino queriéndote a ti. A una rosa llena de púas que no hace más que lastimarme una y otra vez.La gente dice que me estás matando, pero es mi culpa porque soy yo la que no quiere cambiar la rosa por un girasol, soy yo la que aún sintiendo el dolor y viendo la sangre correr por mis manos; sonrío. Sonrío hacia una flor que quiere que la suelte y deje de sostenerla, sonrío ante una flor que me rasga y me araña los dedos, soy yo la que sonríe creyendo que la flor quiere que la agarre. Soy yo quien se condena a amar una flor que nunca me dejará admirar su rocío. Soy yo la culpable, soy yo la asesina, soy yo la víctima de mí misma.
Y tengo por seguro que si alguien no viene a quitarme la flor de las manos me quedaré atrapada en su belleza, estancada en el tiempo observándola, me quedaré anonadada por sus pétalos rosas y nunca, nunca pararé de sangrar.
Por favor, si alguien está leyendo esto. Quítame la rosa y dame un girasol.