Capítulo dos.

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A la rubia le había molestado la actitud que Gonzalo había tenido con ella. Nunca le gustó que la dejen con la palabra en la boca, así que encontraría el momento exacto para hablar con él nuevamente. No le quedó otra opción que volver al comedor.

-¿A dónde se habían ido? -Preguntó la madre de Gonzalo.
-Al patio trasero. -Respondió él fríamente.
-Como en los viejos tiempos.-Se incorporó a la conversación el padre de Micaela.
-En los viejos tiempos, permanecíamos allí casi toda la cena, lamentablemente duró menos de cinco minutos, pero no por culpa mía. -Acotó la rubia ensuciando a Gonzalo.
-Tampoco fue la mía, jamás te excluí como vos lo hacías. -Respondió mirándola fijamente. La situación estaba muy tensa.
-Vos te sentiste excluido, ¿será por eso que me dejaste de hablar por tanto tiempo?
-La situación no es la mejor para sacar los trapitos al sol.
-Yo no escondo nada, lo podes hacer tranquilamente en frente de todos.

La situación de tensa se habia convertido en incómoda para todos menos para Micaela, ella quería saber porque su amigo la ignoraba. La madre de la misma se metió diciendo que iban a tener su momento y lugar adecuado para hablar, dejando cierta 'bronca' entre los adolescentes. Ella no tenía filtros, nada le impediría volver a sacar este tema frente a todos.
La cena estaba por terminar, ellos no podían parar de cruzar miradas y las madres fueron a un lugar privado para hablar disimulando, pero a su hija no se le escapó detalle tan mínimo.

"-¿Sabes algo que yo no sepa?
-No, no entiendo porque se perdió tan hermosa amistad, los tres se llevaban excelente.
-La relación entre Sergio y Micaela, quizás. Es normal que Gonzalo se sienta excluido, ellos querían privacidad.
-En casa tampoco se llevan bien, antes eran muy unidos.
-Está herido o enamorado.
-¿Quién? ¿Gonzalo?
-Sí. Hay miradas que dicen mucho mas que miles de palabras y él expresa amor.
-Pero ella es indiferente.
-Cosas del amor."

Había muchas cosas que a la rubia le empezaban a cerrar. Gonzalo no se sentía excluido, eran celos. Celos de que ella estuviera con Sergio. Realmente no entendía, era todo muy confuso. Siempre fueron como hermanos, nunca hubo señales de un amor, hasta que Sergio se declaró, pero de Gonzalo era algo imposible. Después de tanto pensar y notar la mirada indiferente del morocho hacía ella, pensó que las dos mamás habían tomado unas copas de más. O eso, trató de convencerse.

La consecuencia de amarte [Gonzaela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora