Después que la cena llegó a su fin y los vecinos hayan vuelto a su casa, Micaela subió a su recámara, se cambió y se acostó. No había acción mas hermosa como dormir para ella y la estaba alterando la idea de no poder hacerlo.
Cuando con su novio y su cuñado eran muy amigos, el patio era su lugar para deshacerse de la aburrida cena, pero había un secreto, el tejado. Se sentían en una película americana y jugaban a ser grandes actores, aunque ese papel no conjugaba con la rubia. Era demasiado "de palo" para actuar, en cambio, sus dos amigos habían hecho teatro por años.
Ésta sintió que después de tantos meses era el momento de volver a su tejado, ese tejado que se llevó tantas risas y alegrías.
El viento de una madrugada de verano era la sensación más placentera para apreciar la bella noche estrellada y pensar. Reflexionar que era lo que pasaba con su amigo. Una vez acomodada miró al tejado de la casa de su novio y se encontró con una sorpresa. Gonzalo estaba ahí, podía divisar su perfil izquierdo. <siempre creí que no te gustaba tu tejado gravano> pensó y sonrío.-Este es nuestro momento Gravano. -Gritó.
-¿De que hablas? -Dijo sorprendido el chico de Lanús al verla.
-Me debes una explicación, saquemos los trapitos al sol.Gonzalo se metió a su habitación por la ventana y en menos de dos minutos estaba en la puerta de la casa de Micaela. Ella cuando logró darse de la situación abrió antes de que tocara timbre.
-No es normal que tu vecino toque timbre a las tres de la mañana. -Dijo sonriente. Él solo le devolvió la sonrisa y entró. -Vení.- Acotó ella una vez que cerró la puerta. Lo agarró del brazo y le hizo una seña de silencio. Subieron a su cuarto, cerró la puerta con llave.
-Conoces el camino. -Dijo con obviedad.
El morocho esquivo la cama y salió por la ventana. Ella lo siguió.-Acá me tenes Mica, ¿que queres?
-Que me digas por que te alejaste así de mí.
-Por que ya no podíamos ser los tres locos. Sobraba uno.
-No es así.
-Sí lo es.
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La consecuencia de amarte [Gonzaela]
RomantizmDe todas las personas que hay en el mundo, siempre nos enamoramos de la incorrecta. Micaela Viciconte y Gonzalo Gravano, no son la excepción. Son prohibidos. Las consecuencias que tiene su amor, son inmensas.