El viento soplaba con fuerza y removía la suave arena del desierto. Las construcciones caídas eran un vil recuerdo de la memorable batalla que se había desatado minuto antes y que había culminado con la destrucción de Apocalipsis.
Sus restos se mezclaban con el polvo mientras que los presentes empezaban a ceder ante el cansancio y la calma que gobernar aquel sitio alejado de las miradas ajenas. La joven Jean Grey ya había ingresado otra vez al edificio casi en ruinas y los demás estudiantes habían seguido sus pasos. Solamente habían quedado tres personas en medio del campo de batalla. Storm, escondida entre los escombros, Quicksilver que había rechazado la ayuda de sus aliados y les indicó que fueran con el profesor y, por último, el imponente Magneto se encontraba de píe entre los escombros.
Erik se mantuvo en su sitio. Con la mirada cansada y con sus pensamientos envueltos en un caos. Sus primeros pasos fueron los decisivos. Estos se dirigieron al lado contrario a donde sabía encontraría a Charles. Tenía claro que no era el momento ni lugar para hablar con él, porque no se arrepentía de sus acciones y su corazón aún se encontraba sangrando por las tragedias ocurridas.
Perdió de vista donde se encontraba su amigo, pero antes que pudiera marcharse sintió que una mano sostenía su larga capa. No era necesario girarse para saber de quién se trataba. Pero una espina de curiosidad se había hincado en su pecho momentos antes y ahora lo confirmaba una vez más al sentir como era retenido por ese niño.
Su cabeza se giró y pudo observar los oscuros ojos del muchacho que poseía gran rapidez. Él estaba a su lado, herido, pero lo suficientemente lucido como para haberse acercado y estarle suplicando en silencio que se quedara.
-No tengo motivos.-
No sabía en qué momento había llegado a tener el grado de confianza o lo que fuera que le permitiera entender al joven mutante y responderle. Pero supo que no eran necesarias muchas palabras entre ellos dos. Aún así, en el titubeo de los labios del joven de cabello platinado es que Lenssher supo que no iba a ser sencillo marcharse.
-Al Profesor X le gustaría verte. Él... estuvo muy preocupado por ti.-
Erik no pudo evitar sonreír. Porque a lo mejor era demasiado obvio o Peter demasiado perceptivo, pero había sabido con exactitud en dónde debía presionar para que cualquier muestra de estabilidad se rompiera.
Desde su sitio hizo una seña a Storm que se acercó algo dubitativa pero no tuvo reparos en seguir los pasos de Magneto. La hermosa muchacha fue quien ayudó a Quicksilver a caminar y así los tres ingresar a donde se encontraban los demás.
Su primera imagen hizo un déjà vu en su mente. Un Charles Xavier lastimado y casi desvanecido en los brazos de la agente MacTaggert. Pero más allá de la inminente incomodidad y molestia que surgió en su pecho sabía que no podía irse. Ya lo había abandonado en esas condiciones en Cuba, no iba a repetir una vez más la historia entre ellos dos.
Por eso se quedó firme allí, con su mirada puesta en él hasta que los grandes ojos celestes del telépata lo notaron. Mostrando su clara sorpresa y a la vez tranquilidad de tenerlo cerca. Haciendo que de repente todo lo que había existido a su alrededor dejara de ser relevante y la mano cubierta de sangre del profesor se extendiera en su dirección, murmurando en forma queda su nombre.
Moira siguió aquel gesto y cuando se encontraron con lo de aquel hombre se colocó de inmediato a la defensiva. Ahora que contenía sus recuerdos y sabía que él había estado de parte de los Jinetes no deseaba que dañara más. Pero antes que pudiera decir algo al respecto o alejar a Charles de él, Raven había intervenido, colocado su mano sobre su hombro, haciendo un pequeño asentimiento para que la agente entendiera.
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Love in the ice
عشوائيLos caminos de Charles Xavier y Erik Lehnsherr habían sido separados hace muchos años atrás, ¿Por qué debían reencontrarse de esa forma? ¿Cómo el Profesor X podría llorar las lágrimas que Magneto se rehúsa a mostrar? ¿Por qué Erik debía marcharse? ...