Capítulo cuatro: Máscaras.

734 31 35
                                    

-¡Shiro! ¡Deidara!

-Mierda..., ¿qué les decimos?- le pregunte a Deidara ya que estaban gritando nuestros nombres porque nos habíamos alejado del grupo y no sabían donde estábamos. No le podemos decir a Tobi que Deidara me había llevado a una cueva, para confesarse y darme el regalo de un piano que creían que era un mito. 

-Yo...no sé. La verdad...-decía el rubio restándole importancia. Salimos afuera e intentamos volver donde estaban todos. Cosa en que fallamos.

-¿Dónde estaban?-preguntó una voz muy fría. Deidara y yo sentimos un escalofrío en todo el cuerpo y nos dimos vuelta lentamente. 

-Hice una pregunta.

-Tobi..., nosotros..., solo estábamos hablando de algo.

-¿Algo? Supongo que me vas a contar.

-No es tu problema. 

-Si, si lo es-contestó el enmascarado después de transportarse justo a 6 centímetros de mi. 

-No le hagas nada-dijo Deidara serio-yo te contaré. 

-Deidara si llegas a abrir la boca no te voy a perdonar, yo puedo defenderme sola-le dije muy segura de mi.

-¿Estas segura de eso?-me preguntó Tobi.

-Yo soy fuerte, y estoy segura-le respondí, y trate de empujarlo, pero mis manos lo traspasaron y él decidió tomar la oportunidad de agarrarme. 

-¿Quién te crees para tomarme así como un costal de papas? Soy una persona. Y te pido que me sueltes. 

-No quieras olvidarte del trato que hicimos- respondió él. Luego Deidara intentó ayudarme a soltarme del agarre de Tobi, pero éste derrotó fácilmente al rubio. 

-Deidara, no te metas, o te mataré-le dijo con seguridad Tobi. Después llegamos hasta donde estaban las carpas, y él me dejo dentro de una, paso seguido, entró y la cerró. 

-No quiero dormir cerca tuyo-le dije mirándolo mal, él solo se quitó la capa y suspiró.

-Y yo no quiero escucharte. 

-Bueno, ¿entonces porqué...?- él me miraba por el agujero de su máscara mientras se iba quitando la camisa, esto hizo que detuviera mi pregunta. Miré a su sharingan que brillaba, y que se hacía más notorio, porque dentro de la carpa no se veía mucho, solo éramos alumbrados por la luz que emitía la luna. 

-¿Qué crees que haces? ¡Pervertido! ¡Me voy!

-¡No, no te vas!- gritó el agarrándome de mi capa, yo me tropecé, y pensé que él iba a evitar que yo me cayera, pero nuevamente lo traspase y el río.

-¿De qué mierda te reís?-le pregunté un poco colorada. -No te aguanto, eres una persona de lo peor, insoportable.

-No me importa lo que digas, en tu mirada se nota que te gusto.

-¿Qué? -le pregunté yo. Seguidamente empecé a reír descontroladamente.

-¡Ya cierren la maldita boca!-gritó Kisame desde la otra carpa. 

-¡Es éste estúpido!

-¿A quién te referís? 

-Eso es obvio. Tengo sueño, ya no importa. 

-Lo que pensé-dijo él, acostándose. Vi su abdomen bien formado desde una de las esquinas de la carpa en la que estaba sentada. 

-¿Ves que si te gustó? 

-Que miré ahí no significa que me gustes, ¿no vas a quitarte la máscara para dormir? 

-No, no lo voy a hacer. ¿Por qué no te acostas? Vas a estar cansada, y no voy a poder usarte para mi plan.

Yo también tengo una máscara.(Tobi-Obito y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora