Sin darse cuenta se habían quedado solos, aunque había algo de tensión al principio, rodeado de silencios incómodos, pero siguieron la conversación:
-Y bueno, ¿Qué haces para entretenerte? -Le dije a Teresa
-Bueno... Canto en un grupo, también dibujo.
-Oh, yo estoy mirando tutoriales en TuTubo para aprender a dibujar, si quieres esta tarde bajo unos lápices.
-¡Claro! -sonrió
-¿Y juegas a videojuegos? -Le pregunté sin venir a cuento
-Si bueno, no usualmente, pero de vez en cuando me gusta.
-Oh pues, tengo un vídeo muy chulo en el móvil de un juego, ¿Te lo enseño? - Dije, aunque con un tanto de ingenuidad
-Si, pero vámonos a un sitio que haga sombra, me estoy muriendo - acompañado de un soplido
-No hay, pero puedes coger mi toalla para taparte del sol
-Menos que nada..
Saqué el móvil y puse "vídeos"
-¿Tienes móvil?
-Noooooo, que vaaa, ¿ves esta piedra? ¡No es un móvil!
-Idiota
Puse el vídeo, era de un juego llamado cáete fuera 4, era bastante cómico así que nos pudimos reír y quitar el hielo.
Cuando acabó la llamaron a su móvil, tenía que irse.
-Me tengo que ir -Dijo Teresa
-Okay, te acompaño
La acompañé hasta un cruce donde ya nos separamos. Se habían echo las 2:30
Subí a mi casa, comí, fregué y jugué hasta que me avisaran.
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Eso que imaginas pero piensas que no va a pasar.
RomansaUna pequeña historia adolescente