Capítulo 3: Realidad.

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Vaya sorpresa que tuvo el castaño al ver de nuevo a ese joven que le había atendido en la florería y le había acompañado en el cementerio para animarlo.

Lo mismo era para el peliazul.

-Estaba con un amigo pasando el rato, no creí verle por aquí-Sonrió él.

-Lo mismo digo, que coincidencia-Alzó un vaso de la mesa y sirvió cerveza en él-¿Tomas?

-Sí, muchas gracias.

-No hay de que.

Estuvieron un buen rato charlando mientras tomaban, al parecer lo que pudo rescatar el momento de aburrimiento del peliazul era hablar con aquel castaño.

Muchas de las chicas que le presentaba Tsumori no lo escuchaban, si no que hablaban para y de sí mismas.

Pero su acompañante era diferente, lo escuchaba, le entendía y hasta le aconsejaba y todo al final para arrugar el entrecejo y seguir tomando.

-Así que no tienes padres...bueno yo ya perdí a mi padre hace tiempo y ayer a mi madre...así que tampoco los tengo a mi lado.

-Bueno, la verdad es que ellos no eran mis padres "biológicos"-Agregó mientras que tomaba un sorbo del vaso de cerveza.

-¿A no?-Lo mira con curiosidad, Nowaki asintió.

-Ellos eran dueños de un orfanato, del que ahora yo estoy a cargo con ayuda de unos compañeros de la universidad que se ofrecieron de voluntarios. Mis padres me habían dicho al cumplir siete que cuando era a penas un bebé ellos me habían encontrado frente a la puerta del orfanato bajo una tormenta muy fuerte, por eso me llamaron Nowaki ya que...significa tifón, afortunadamente ellos me adoptaron y desde entonces, desde que me dijeron la verdad siempre consideraba a esa pareja como mis padres.

-Vaya...entonces nunca supiste quienes eran tus verdaderos padres.

-Bueno, eso pasó hace mucho, ya no debo darle mucha importancia a eso, por ahora necesito concentrarme en los estudios.

-¿Y qué estudias exactamente?

-Medicina, quiero ser médico pediatra.

-¿En serio?

Supuso que se debería a la razón de poder ayudar más a los niños del orfanato, de sólo pensarlo le sacó una no tan grande sonrisa, pero lo suficiente, como para hacerle saber al peliazul que estaba muy conmovido con lo que le estaban contando.

-¿Y usted estudia?

-Trabajo de hecho, como profesor de literatura.

-Increíble.

Hiroki se sonrojó un poco gracias al comentario del peliazul.
El castaño siempre, desde niño, se esforzaba en todo, en la escuela, luego en la universidad, siempre sacaba el primer lugar entre los estudiantes, gracias a eso, ahora trabajaba sin problema alguno enseñando literatura, la materia que más le gustaba.

-Hey, pero ¿Qué tenemos aquí?

Todo iba bien en la conversación hasta que Tsumori, el amigo de Nowaki, se había acercado a saludar, de una manera que no le daba buena espina al castaño.

-¿A un rubio con cara de chango?

Nowaki se tapó la boca para evitar reírse por lo que Hiroki le había respondido a su compañero de clase, de alguna se lo merecía, por que a simple vista se notaba que su compañero quería arruinar el momento sólo para llevarlo de nuevo con las mujeres.

-¿Muy gracioso no? Nowaki, vámonos.

-Un momento por favor Sempai...

-Oye hablo en serio, no me puedes dejar solo con ellas.

Lo Que Hace Un Par De MensajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora