Capitulo 10: Gemelas.

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Caminamos por la ciudad hasta que de la nada aparecieron unas criaturas. Nos ponemos en posición de combate.

-¡Hey, hey, hey! Jovencitos no podéis pelear así como así.

-¿Cómo?

-Necesitáis una carta de recompensa, como esta.

-Pues dánosla.

-Hagamos algo mejor, aliaos a mí y hagamos una hermandad.

-Si no tenemos más remedio.

-Muy bien, ya soy de mi banda, podéis pelear. Acabamos rápido con ellos.

-¡Guau! Sois increíbles, junto a ustedes poder llegar acabar con las malvadas bandas.

-¿Malvadas bandas?

-Sí, en cada ciudad suele haber una, los únicos lugares donde no hay son en las ciudades del imperio, mira que no saber eso, parecéis de otro mundo.

-¡Ja! Algo así.

-Mira que sois raros.

-No, podemos evitarlo.

-Mi nombre es Benth.

-Nosotros somos Sephiroth y Dorothy.

-Mucho gusto, bueno como hemos terminado aquí vayamos ahora a la taberna, allí recogeremos nuestra recompensa. Le hacemos caso y vamos con él.

Dentro de la taberna Benth se va a la barra a hablar sobre la misión que logramos entre los tres, estando en la mesa me siento incomoda ya que todos me miran.

-¡Oh señora Sally! Es un honor tenerla aquí, lo que nos extraña no verla con su esposo Jack.

-Lo siento pero creo que se confunde de persona.

-Usted tan modesta...

-Le digo que no soy quien dice. Salgo corriendo de allí.

-¡Dorothy! Espera. Tropiezo con una chica.

-Maldita, mira por... ¿Pero qué...? ¿Tsuki?- es una chica parecida a mí, que me abraza -hermana estás viva.

-¿Tú eres mi hermana?

-Sí, vaya, madre no se lo creerá, pensó que moriste al ella cerrar aquel portal.

-¿Puedo ir a verla?

-Sí claro, vamos.

-¿Qué pasa con las misiones?

-Benth deja podemos hacerlas luego, ahora deja que se reencuentre con su madre.

Mi hermana nos lleva en una especie de nave voladora a mí, a Sephiroth hasta un templo gigantesco que estaba sobre una montaña.

-¿Sally eres tú?

-Sí madre ¿Recuerda que le dije que sentía a Tsuki cerca?

-Sí- la miro a los ojos y veo que esta ciega -la hechas tanto de menos que tus sentidos te engañan.

-No madre. Me acercó a ella, cojo su mano y la pongo en mí cara.

-No juegues conmigo. Mi hermana hace lo mismo, entonces al ver que no mentíamos nos abraza.

-Madre.

-¡Oh! Mis niñas, ojala pudiera veros a las dos como cuando erais pequeña. Sephiroth nos mira con cara triste.

-Madre me alegra volver veros de nuevo, pero yo y mi pareja tenemos que volver.

-No te gusta estar aquí.

-Madre me alegra estar aquí pero el otro mundo nos necesita a mí y mi pareja.

-Entiendo pero lo siento, nosotros no tenemos el poder para crear un portal.

-Señora usted tenía conocimiento de mi mundo.

-Veréis nuestros mundos no son los únicos que existen, hay varios más y nosotros somos uno que no podemos hacer portales.

-¿Y cómo podríamos volver?

-¡Kupo! Yo os podría decir.

-¿Un Moguri? ¿Eres un robot?

-¡Kupo! Como me has llamado.

-Dorothy creo que es de verdad, en nuestro mundo ustedes estáis extinguidos.

-¡Kupo! Pues sentíos honrado por tener a uno de verdad, pero bueno eso no viene al caso, la única manera para que volváis es que alguien os invoque con todo corazón.

-Después de lo ocurrido no creo que lo haga alguien.

-No lo creas.

-¿Qué quieres decir?

-Hay alguien que puede hacerlo pero no sé cuándo lo hará.

-¿Quién?

-Te acuerdas que en los informes hablaba de una niña que pensaba que los guiaría a la tierra prometida.

-¡La anciana! Es cierto, si el planeta se comunica con ella podría decirle que nos invoque.

-Hasta que eso ocurra, podéis ayudarnos con los problemas de aquí.

-Claro, allí donde haya un mal que quiera destruir a los más débiles.

-Nosotros estaremos allí para pararlo.

Mi propio final fantasy 7  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora