Tres... (parte 1)

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No digo nada. Me le quedo viendo a los ojos, dispuesto a encontrar alguna pista del por que aquella pregunta le surge de repente. Sin encontrar nada, rompo el contacto visual. ¿A caso me habrá espiado la noche anterior? Y si es así, ¿por qué? Shailene se acerca con disposición hasta quedar frente a mí, a pocos milímetros de apenas tocarnos. Su puño se estampa justo donde tengo el golpe que me había dado Depth. Aplica cierta fuerza que me hace retroceder, tambaleándome de un lado a otro. Claro que me quejo por el dolor punzante que me atraviesa por toda la cara. Lo ha echo a propósito. Las lagrimas me nubla la vista, pero las aparto de inmediato parpadeando unas varias veces. Cuando estoy recuperado del todo me vuelvo a reunir con Shailene, que ha vuelto a abrir el refrigerador.

—¿A que se debe eso? —le exijo, aun cuando se cual va a ser su respuesta.

Shailene saca el cartón de leche y bebe de el directamente.

—No te hagas mas estúpido de lo que eres Theo —vuelve a colocar el cartón de leche en su lugar y cierra el refrigerador—. Te diré un secreto, de mujer a idiota.

Tira de mi brazo y me lleva a la pequeña sala, donde está el televisor. Me hace sentar en el sofá junto a ella. No me libera de su agarre, sino que aumenta su fuerza, apachurrándome el brazo.

—Hay dos tipos de putas, o mujeres, como les gusta llamarles ustedes los hombres, en el mundo. La primera se enrolla con cualquier tipo que se le haga aceptable SI él no tiene novia. En cambio, la segunda le importa un carajo si él chico tiene novia o esposa, sigue queriendo algo con él —por fin me libera de su agarre, dejando mi brazo rojo —. ¿Entiendes la diferencia o necesitas que te lo explique unas tres veces mas?

Me vuelve a dejar sin palabras. Eso ha sido muy directo. Acababa de llamarse puta como si fuera lo mas normal que había hecho en la vida. Y, también, había confesado que quería algo conmigo.

—Creo saber que yo todavía no me voy a rebajar al nivel de la segunda opción.

Tenia que admitir que me daba curiosidad saber a que punto quería llegar Shailene con esto. Y a que punto yo estaba dispuesto a salvar todo por ella.

—¿Quién te dijo que yo tenia novia? —le digo levemente carcajeándome.

Ahora yo soy el que la deja sin palabras. Que yo recuerde, gracias al cielo, no había mencionado la palabra novia en la conversación con Dara.

—Yo no tengo novia —miento.

Razono lo que acabo de hacer. Acabo de ser infiel a mi novia de cuatro años.

Entre menos lo pienses, no te sentirás tan culpable.

Observo su reacción. Se muerde su labio inferior, pensando. Al final termina sonriendo y me mira a los labios. Deposita su mano izquierda en mi pierna.

—Siento el golpe que te di, pero en verdad te lo merecías —me susurra.

La punta de sus dedos me cosquillean la piel, mandando un escalofrío a todo mi cuerpo. Tenía su cierto modo de excitarme con tan solo el tacto de su piel contra la mía. Era la cosa peculiar que me gustaba, hasta ahora, de Shailene. Me podía controlar con tan solo poner un dedo en cualquier parte de mi cuerpo.

—¿Podrías decirme a qué se debe eso? —señalo con mis ojos su mano que reposa en mi pierna.

Shailene vuelve a sonreír, pero esta vez en sus ojos se le ilumina maldad.

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2017 ⏰

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