Una nueva amiga

84 7 0
                                    

Cuando estábamos llegando a la cocina observé una sombra y señalé que Charlotte se quedará detrás mía, pero caminó tranquila delante mío y me señaló que me callara, la seguí, cuando miré, vi a una niña tumbada con un pijama corto con una cara de sueño triste, la observé algo sonrrojado ya que era muy mona pero Charlotte se acercó tranquila y la cogió en brazos, Charlotte me sonrió:

-Ella es Pérsida, es mi hermana pequeña, siento no habértela presentado antes pero duerme casi todo el día, esta edad es nuestro punto débil por eso la cuido todo el día,¿Me ayudas a llevarla a dormir?

- Cla-claro

La abrí las puertas que conducían a su habitación que estaba enfrente de la Scila era un poco pequeña pero muy acojedora, aparté las sábanas y Charlotte tumbó a Pérsida y la tapé , después nos quedamos un poco cuidándola y charlamos.

- Cuando yo tenía 3 años ella nació, cuando nació mi padre me mandó a entrenar con nuestro tío, ahí aprendí a luchar,lo cual me ha hecho muy buena, cuando tenía 10 me encomendaron vigilarte, todavía eras un bebé y llegamos aquí.

Sonrió leve y la sonreí de vuelta.

- ¿Y ella no va a entrenar?

-No, ella es especial, además ya te dije que está en una época donde estamos desprotegidas, ella es del tipo mental, piensa, analiza, descubre puntos débiles y ataca, además puede leer la mente y a veces desarrollan telequinésis.

- ¡Wow! Eso es mucho poder...

- Sí, pero tienen un débil ataque y defensa, me preocupa...

-Podemos ayudarla y entrenarla juntos.

Ella sonrió, pero no era una sonrisa normal, era una sonrisa radiante que llenó la habitación de luz y a mi de esperanza.

Al final nos fuimos y dejamos dormir a Pérsida, yo me iba a ir a la habitación donde había dormido pero estaba Scila y cerré y miré a Charlotte.

-¿Ahora donde duermo yo? -pregunté susurrando-

-Ven.

Me cogió de la mano y me llevó a una habitación verde, grande con una cama de matrimonio, se tumbó.

-Aquí.

Me fui a tumbar pero me paró.

-¿Que haces pervertido?- rió tierna- Mira bajo la cama.

Había una cama supletoria y la saqué y me tumbé, se estaba cómodo, me puse una almohada y me quité la camiseta y tumbé, noté que ella me miraba.

-¿Y luego soy yo el pervertido, no?

Caprichos Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora