La calle está muy concurrida. El vapor que sale de las bocas de las personas se entremezcla con los movimientos apurados de la gente, creando una atmósfera en la que es casi imposible que tus hombros no rocen con los de los demás.
Gente...
Nunca fue una palabra de mi agrado, probablemente debido a lo poco que me gusta su significado. Odio los lugares concurridos, es por eso que suelo evitar centros comerciales, el mercado en época de fiestas, etc. Pero esta vez, no pude evitar tener que caminar por la calle central de mi ciudad, debido a que mi madre me obligó a salir un poco, ya que me la paso encerrado en mi habitación. Salgo tan poco, que mi piel es completamente pálida. Seguí caminando por la calle, cuando un fuerte dolor me recorrió el cuerpo. Caí sentado al suelo y lo entendí, había chocado con alguien. ¿Ven a lo que le refiero?
- ¡Disculpe!
- Dios, ¿Qué no te fijas por dónde caminas, niña? ¡Ni siquiera me miraste a la cara al disculparte!
- Oh, ¿En serio?
La chica me miró a los ojos. Los suyos, color ámbar, clavándose en mi alma como una estaca, como si quisieran leer mi retorcida mente.
- ¡Mis más sinceras disculpas!
La chica me gritó. Con eso, se alejó quejándose. Sinceramente, no soporto a las personas...
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Nuestro Pequeño Secreto
RomanceBrian nunca fue una persona a la que le gustara la gente. De hecho, no le gustaba la gente en lo absoluto. Pero todo eso cambia con la llegada de una nueva persona a su vida. Una historia para valorar el amor y la amistad. Créditos por la portada a:...