Chad...?

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-Uh, ¿Te gusta? –Dije impresionado.

-No, claro que no. Sólo que la encuentro hermosa, pero nada más. Bajó su mirada de inmediato.

-Ummh, lo digo por la manera en que te expresabas de ella, lo pareció, nada más que eso.

-No, no digas eso nunca más. Ella es mucha mujer para mí.

-No lo creo, pero no te desanimes, eso de que es mucha mujer para ti no lo creo mucho.

Chad se quedó callado, le afectó un poco al parecer, pero decidí que lo mejor sería que nos fuéramos a "casa", él a su casa y yo al hospital a ver cómo está la abuela.

Tomé el primer taxi que vi pasar y me dirigí al hospital.

Mamá ya estaba ahí, justo en ese momento le habían dado el alta a la abuela, mamá quería meterla a un tratamiento, pero no se pudo porque el cáncer ya estaba muy avanzado, no había forma de salvarla.

Nos fuimos todos a casa para que ella descansara, y realmente para que los tres descansaran...

Ya llegando la mañana fue la misma rutina que siempre pero esta vez me fui en el autobús con todos, supuse que ella vendría en el autobús pero tampoco estaba, al ver que no venía los pocos ánimos que tenía ya no estaban. Pero estaba Christine, la chica que todos deseaban según Chad pero bueno, se sentó a mi lado.

-Hola, ¿Cómo estás James? Dijo con una sonrisa en el rostro.

-Eh, hola. Bien... ¿Y tú?

-Bien gracias, me alegro que hayas venido, tu presencia me da alegría.

-Qué bueno, me alegro. Umh, no creo que sea para tanto.

-¿Estás queriendo decir que no me crees?

-No es eso, sólo que no creo que estés alegre por mi presencia. Tengo que pararme porque ya hemos llegado al instituto, permiso.

La dejé ahí, pero ella también se paró, se ofendió pero la verdad no me interesaba entablar una conversación con ella, sólo quería saber el nombre de esa niña, y aún sigo sin entender que es lo que me llama la atención de ella... Es antipática, no tiene algo positivo, a mi forma de ver las cosas, las mayorías cosas de ella son malas, pero tiene ese "algo" que me inquieta, ya no hay nada más que hacer, ella no quiere hablar conmigo y la entiendo, ahora sólo tengo que dejar de pensar en ella, sí, es fácil... Creo...

Caminando por los pasillos me encuentro con Chad, estaba abriendo su casillero por lo que se veía.

-Hola Chad. –Le dije con amabilidad.

-Hola, ¿Cómo estás? –Preguntó.

s:i

Mi ángel oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora