14.

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  Lo conocí en el barco San Marie. Él viajaba en tercera clase, yo en primera clase. Uno de los mejores barcos después del TITANIC y más costoso. Él viajaba Canadá y yo a New York, ambos regresaríamos de Londres.
Había salido a tomar un poco de aire fresco a la cubierta de aquel gigantesco barco, apreté mis manos contra el barandal de hierro y observe la joya que llevaba colgada en mi cuello con un valor de más de dos millones de dólares que me había obsequiado mi "futuro esposo". ¿Lo amo? Por supuesto que no, al contrario, lo odio con todas mis fuerzas, con todo mí ser, con toda mi alma. Si lo odio ¿por qué me casare con él? Porque mis padres son unos interesados, unos ambiciosos, unos egocéntricos que solo buscan su felicidad, sin importar mis sentimientos. Todo esto me hace sentir mal, me quiero morir. Decidida, subí uno de mis pies a una de las barras del barandal seguida del otro, estaba dispuesta a saltar al agua, no quería vivir más. Observe todo por última vez y solté un poco de aire...

—Señorita, no lo haga –dijo una voz masculina.

Gire mi mirada y me encontré con un chico de cabello castaño, ojos color miel y ropas en no muy buen estado.

—Aléjese – dije con lagrimas en mis ojos.

—No lo haga –dijo el chico acercándose a mí.

—No se acerque o le juro que saltare –dije retadora.

—No lo hará –dijo él observándome, yo solo lo observe—De lo contrario ya hubiera saltado –dijo el chico acercándose aún más.

—Alejese, le he dicho –repetí.

—De acuerdo –dijo retrocediendo, para después quitarse sus ropas y solo quedar en pantalón.

—¿Que hace? –pregunté.

—Si salta, tendré que lanzarme junto a usted para salvarla –dijo el chico quitándose su zapatilla—Sí usted salta yo salto –dijo el chico dirigiéndome una sonrisa. ¿Acaso este chico cree que estoy jugando? 

—No lo haría –dije. 

—Una joven tan linda lo vale –dijo el chico sonriente—Por favor, no lo haga –dijo el chico acercándose a mí. 

Este joven despertaba en mi tal confianza, que de un momento a otro, la idea de saltar se descarto completamente de mi cabeza, entonces el chico se acercó rápido hacía mí y me ayudo a regresar a la cubierta.

—Muchas gracias –susurre con lágrimas en mis ojos.
—No hay de que –contesto el joven con una sonrisa.

Conversamos del porque quería saltar, le dije mis problemas y él escuchaba observándome detenidamente. Algo que me encanta de él, es su sonrisa, tal vez hace unos segundos estaba por saltar y ahora estoy como si nada hubiera pasado, pero este joven irradiaba tanta confianza...

—¿Y como es que te llamas? –pregunté.
—Julian, Julian Serrano –dijo él con una sonrisa—¿y tú? –preguntó.
—Oriana, Oriana Sabatini –dije con mi tono de la "realeza".
—Mucho gusto, Oriana Sabatini, por tu apellido, supongo que eres una niña rica –dijo con una sonrisa. Yo solo se la correspondi.

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  —¿Que estás haciendo con este muerto de hambre, Oriana?-preguntó Frederick, tomando uno de mis brazos y "refugiándome" en su pecho—¿Que has hecho con ella desgraciado? –dijo casi al punto de los golpes.
—No ha hecho nada Frederick –dije tratado de controlar sus celos, pero fue imposible
—No me importa, vámonos -dijo tomándome de mi brazo y jalando de este, yo solo gire mi mirada a donde se encontraba Julian, y él observaba como yo me alejaba al lado de Frederick.

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—¿Estas lista? –preguntó mi madre.
—Aún no –respondí.
—Date prisa, que Frederick espera –dijo mi madre.
—Ya estoy lista –dije saliendo de la habitación, con mi largo vestido de seda, color crema, en forma de top, mi cabello muy bien recogido y con muy poco maquillaje.
—Muy bien –dijo mi madre observándome.

Especial; "Two years of love". #2AñosOrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora