Promesa de amor

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No puedo entenderlo, desde hace ya algunas horas todos han comenzado a ignorarme, ¿porque será?, no se que pasa realmente, vagaba en mis pensamientos cuando menos me di cuenta estaba en el otro extremo de la ciudad, trate de hablarle a alguien pero por mas que intentaba todos me ignoraban, confundido llegue a la conclusión de que tenía irme a casa, pues por algún motivo me entraron unas ganas tremendas de verlos.

Subí a un autobús y me senté hasta el final, ahí se encontraba un señor, era algo raro, pero no le tome mucha importancia y me senté aún lado de el, pense que de igual forma me ignoraria como los demás, cuando a medio camino comienza a hablarme:

— ¿Es un camino largo no?—. Pregunto de una forma un poco extraña.

— S..Si bastante —. Conteste algo contrariado por su pregunta, no creí que me fuera a hablar, pero almenos eso me hacía sentir un poco mejor, después de todo algo estaba volviendo a la normalidad.

—¿Y que se siente?, ¿liberador no?—. Fue lo que pregunto aquel señor extraño, sonriendo de una forma espeluznante. Eso fue aún más raro, quise preguntar el porque de su pregunta pero me dio miedo el hacerlo, así que sólo me quede callado. Un silencio incómodo empezó a rondar, hasta que por fin hablo :

— Ya veo, parece que aún no lo sabes, pero ya te daras cuenta pronto—. Dijo sombríamente. Quise contestarle que de que demonios hablaba, pero al voltear había desaparecido ¿Que estaba pasando?.

Ese señor me dejo muy preocupado, ¿ que tenía que saber?, es más, ¿como demonios, desapareció de la nada?, ah de ser el estrés, no he dormido bien últimamente, estoy empezando a ver cosas. Todavía falta algo de tiempo para llegar, debería descansar unos minutos.

"!¿Sangre?, ¿porque está mi mano llena de sangre?, este dolor,!no puedo moverme!, ¿que pasa? Ayuda!"

Que demonios, ese sueño, fue aún más confuso, tengo un mal presentimiento, debo llegar rápido a mi casa.

— Valla, parece que has despertado bello durmiente—. Dijo aquel anciano con un risilla macabra, no pude evitar pegar un brinco y soltar un grito ahogado.

— ¿Quien eres?—. Logre afinar a decir con el corazón acelerado.— ¿En que momento llegaste?—. ¿Como es que aparece y desaparece como si nada?.

— Quien soy es irrelevante y cuando llegue es irrelevante, pero eh de advertirte algo, no vallas. Solo sufriras más de lo necesario—. Dijo con sinceridad aquel anciano.

— Tengo que ir, es el amor de mi vida, me necesita y yo a ella—. Dije sin comprender mucho aquello, recuerdos de lo que había pasado con ella me inundaban, momentos tristes,felices, todo pasaba por mi cabeza en ese momento.

— Ya no puedes hacer nada, tu ya no existes, ya nadie te necesita—. Dijo aquel anciano, con carácter enojada.

No existo, ¿ como? Aque se refiere este maldito vejestorio.— ¿De que demonios estas hablando?—. Fue en vano preguntar, había desaparecido, sin embargo, su voz la seguía escuchando " Ya no existes, eso debes entender, te daré un poco de tiempo, pero al atardecer vendrás conmigo". Su voz cesó, y el silencio inundó, ese extraño sentimiento de que algo no estaba bien, un mal presagio, algo anda mal.

El autobús paro, había llegado a mi destino, el conductor ni me cobró, seguían ignorandome, que raro es todo esto, pero por lo menos llegue. Baje y me dispuse a caminar la cuadra que faltaba para llegar, que raro, habían más carros que lo usual, ah de aver un evento cercas, no es raro que algún vecino tenga una fiesta en estas fechas.
Al llegar a mi casa me percate de una cosa, muchos carros y personas rodeaban mi casa, no recuerdo tener algo planeado.

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