Capitulo 1- Conociendo a Tina.

84 6 3
                                    

Tina era única hija de unos ricos abogados de Marbella, era una niña con mucho caracter, con tan solo cinco años ya demostraba su don de mando, todo lo que quería lo tenía y siempre tenía que ser ya.

Sus padres habían preparado un cena en casa para recibir a un viejo amigo que había llegado de Suiza con su sobrina de cinco años, llevaban mucho tiempo sin verse y les hacía mucha ilusión volver a ver a Sergi Capdevilla.

-Tina hoy cuando venga nuestro amigo con su sobrina, te comportaras y no quiero saber que peleas a esa niña - dijo Anabel la madre de Tina.

-Si mamá, pero si quiere jugar con muñecas yo no juego, a mi me gusta jugar con los juegos de mesa - dijo la niña con tan solo cinco años.

-Vale amor tu le preguntas a ella a que juego quiere jugar - dijo su mamá cepillando el cabello rubio y largo de Tina.

Eran las nueve de la noche y el señor Sergi Capdevilla entraba con su sobrina a la casa de los Mancini.

-¡¡Holaa, Sergi!! ¿Cuánto tiempo? ¡Qué hermosa niña! ¿Cómo te llamas bonita? - Saray dijo la niña - Ohh que bonito nombre, mira ella es Valentina pero la llamamos Tina.

-Holaa - dijeron a coro las dos niñas - ¿Quieres jugar conmigo a juegos de mesa?

-Sii - dijo la pequeña Saray - ¿A que jugaremos?

-A la casa del terror - dijo Tina - ven conmigo.

Los mayores conversaban y se ponían al día sobre sus vidas, mientras las niñas encerradas en la habitación de juegos se iban conociendo, jamás se hubieran imaginado que esa noche era el comienzo de una bonita amistad, que a partir de ese día serían inseparables, que no iba haber nadie que las separara.

Efectivamente eran inseparables, los padres de Tina abrieron un bufete de abogados en sociedad con Sergi y las niñas se veían con mucha frecuencia e incluso estudiaban en el mismo colegio internas.

Crecieron como hermanas, a donde iba una iba la otra y se prometieron que estarían juntas toda la vida.

Ya con quince años las niñas cometían travesuras y presumían a los muchachos, típico de niñas de esa edad, ambas se tapaban las audacias que hacían y juntas se reían de lo felices que eran.

-Saray me escapare con Esteban, tienes que hacerme el favor de cubrirme esta noche - dijo Tina a su amiga.

-Tu estas loca si te pillan se te caerá el pelo a ti y a mi.

-Tranquila que yo controlo, prometerme que no dirás nada.

-Yo no diré nada, pero me da mucho miedo, no me gusta mentir - dijo Saray.

-Mira te enseñare una cosa que una vez leí en un libro - dijo Tina - cada vez que hagamos una mentirilla piadosa pondremos las manos detrás de la espalda y cruzaremos los dedos en señal que Dios nos perdonara porque es una mentira sin maldad ¿Qué te parece?

-Bueno pero no se yo si eso funciona.

-Claro que funciona yo he cruzado los dedos cuando te dije que yo controlo y te lo has creído.

-¡Ay Dios mio!, ¿Si te pasa algo?

-¿Pero que me va a pasar? Si Esteban tiene 18 años, él es mayor de edad, él me cuidará.

-Por eso me da miedo, él es muy mayor para ti ¿si te hace algo?

-¿Que me va a hacer? nada de lo que yo no quiera y creo que esta noche es el gran día.

-¡¿Estas locaaa?!, ¡es muy pronto!, ¡eres muy chica y él es muy grande!, ¿si te hace daño?

-¡No seas tan melodramática!, ademas a mi me apetece, yo ya no soy una niña.

-No se porque te empecinas en crecer tan rápido, podrías esperar a conocer a tu principie azul, ese chico es un gamberro.

-¡¡BAHH!! ¡¡PAMPLINAS!! Los príncipes azules no existen Saray sacártelo de la cabeza - Y se marcho de allí por la ventana donde el muchacho la esperaba en su moto.

Tina siempre vivía al limite, sin importarle nada, a veces Saray la frenaba un poco con sus consejos pero no tardaba en liarla. Ese día que se escapo del internado, por la noche perdió la inocencia con aquel muchacho, al cual no volvió a ver nunca más, porque se borro del mapa después de haber conseguido lo que quería. Ese fue su primer desamor, su primer engaño, su primer sufrimiento y su primera vez...

El tiempo pasaba volando y Tina ya se había acostumbrado a no mirar atrás porque si lo hacía volvería a cometer los mismo errores. Cada vez que se sentía mal, Saray estaba allí al igual que estaba Tina con su amiga. Cada día se querían más y se apoyaban mutuamente y  se prometieron que jamás nadie les harían daño. 

Las muchachas ya tenían dieciocho años, habían acabado el bachillerato y debían decidir que carrera estudiarían, debía de ser iguales porque no querían separarse.

-A mi me gustaría estudiar medicina como mi padre - dijo Saray.

-Y a mi abogacía como los míos, no te jode - contesto Tina.

-¿Entonces que haremos? pregunto la dulce Saray.

-No sé que harás tu, pero yo estudiare abogacía como de lugar.

-Vale pues entonces yo haré medicina.

-¡¿No seras capaz de dejarme tirada?!,  yo por ti siempre hago lo que tu quieres.

-Pues entonces estudia medicina conmigo.

-¡Ni de coñaa!

-Pues nada aquí te quedas - Se levanta Saray que estaba sentada en la punta de la cama de Tina y se marcha enfadada.

-¡¡Esperaaa Saray!! esta bien estudiaremos medicina, te sales con la tuya - dijo Tina resignada y se abrazaron con ternura.

-Mira haremos una cosa -dijo Saray -no los pensaremos bien y luego decidiremos, prometo que lo pensaré - dijo la muchacha con las manos en la espalda.

-¡No me seas guarra! grito Tina - estas cruzando los dedos en la espalda - y las dos rieron.

-¡Ya se que haremos! le dijo Saray - Nos tomaremos un año sabático y nos dedicaremos a viajar a conocer el mundo.

-¡¡SIII, ESOOO, ESOOO!! contestó Tina pegando un salto de alegría - Miremos en Internet a donde podemos ir.

-Al Caribe, vayámonos a Cancún, México.

-¿A donde esta tu padre? grito Tina - siiii vamos.

-Mi padre tiene un apartamento vacío en la playa estaremos de lujo y a él le hará mucha ilusión de tenerme cerca, aunque echare de menos a mi tío pero por una amiga me sacrifico.

-Ok pero estaremos allí y luego nos iremos a conocer a otros sitio por ejemplo a Santo Domingo, Miami, Hawai...

-¡Ehh, tranquila poco a poco! que algún día tendremos que volver y dedicarnos a buscar un futuro estudiando porque siempre no nos van a pagar todo nuestros papis, ni mi tío.

-Que si, que si, vamos a comprar los pasajes - dijo la ansiosa de Tina.

-¿No deberíamos contarlo, tu a tus padres, yo a mi tío y también llamar a mi padre?

-¡Pues ya te estas tardando cojones! no nos va a dar tiempo de nada...



Estas chicas eran unas locas aventureras que no le temían a nada, ni nadie y cuando se le ponían algo en su loca cabeza lo hacían sin pensar y sin importarle el que dirán, sobre todo a Tina.

Para México se iban, a divertirse y a pasarlo bien, todo les daba igual si eran una niñas ricas consentidas y caprichosas que querían comerse el mundo.



Siempre hay razones para soñar ( Parte 1Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora