Capitulo 4- Sin lucro de compromiso.

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Era domingo por la mañana, precisamente eran las doce del medio día. Tina con una resaca del cuarenta y Saray durmiendo después de haber pasado toda la noche en vela cuidando a su amiga en el baño, recogiendole el pelo y sobandole la espalda para que lo echara todo.

-¡Hay por Dios como me duele la cabeza y todo el cuerpo! se quejaba Tina.

-¡Normal después del pedo de ayer! La próxima vez te dejo tirada, a mi no me cojees más de tonta.

-¡Uff! creo que no beberé nunca más, esto no es para mi - Saray la miro con una cara de asombro.

-¿Me estas tomando el pelo? Tu no tienes remedio corazón.

-¡Buenooo perdooon! Tampoco es para tanto.

-¡Nooo es para tantooo, guarra!Dijo Saray cogiéndose la cabeza -  Ni he dormido cuidándote y tuve que venirme temprano cuando recién comenzaba la noche.

-¡Uy! ¿Me he perdido algo? ¿No me vas a decir que te liaste con Pancho, Panchito?

-Si no hubiera sido por tu borrachera, me lo hubiera tirado.

-¿Y me llamas a mi guarra? Cuéntame petarda ¿De donde lo conocías?

-¿No escuchaste que dijo que era el sobrino de Katy?

-¡Es verdad! Si que lo dijo... Pero no será ese niño gordo con granos que me contabas que estaba enamorado de ti cuando venias de vacaciones a ver tu padre.

-¡Pues siii! Es él, me quede de piedra el cambio que ha dado, pensar que lo odiaba, no lo podía ni ver y ahora esta tan buenooo.

-Pues lo niños crecen... también está para comérselo como a Oti - dijo Tina.

-¡Vaya nombre! Oti, jajajaja - se rió Saray.

-¡Pues Panchooo! no se cual es peor, si él del tuyo o él del mio, jajajajaja - reía Tina junto a Saray - Imagínate si te lo llevas a España y le digas a la gente: Os presento a mi novio Panchito, jajajaja todos se reirán jajajaja (en España le llaman panchitos a todos los sudamericanos en forma de burla y desprecio)

-Mira que eres mala, Otilio suena a nombre de yayo (abuelo) - Jajajaja también es gracioso jajajajaja volvía a reírse Tina - ¡Pero que más da si lo tíos están buenisimos!


Las dos chicas estaban coladitas por esos muchachitos, le daban igual como se llamaran si lo importante es que estaban para comérselos. Pancho estaba enamorado platónicamente de Saray desde que tenía ocho años, en ese entonces el pobre no era muy bien agraciado como dijo la muchacha, antes era gordito, con mofletes rojos y con muchos granos en la cara, pero en la adolescencia hizo el cambio de convertirse en un hombre musculoso, fuerte y con su rostro perfecto, sin ni siquiera tener un punto negro. Oti cuidaba su pelo ondulado tanto como cuidaba su cuerpo, sus ojos verdes eran la perdición de todas la jovencitas y no tan jovencitas, ambos chicos eran muy dulces, educados, responsables y con muy buen gusto para elegir a las mujeres, a la vista esta que estaban encantados con la belleza de Tina y Saray. Con diferencias a las muchachas, ellos eran de familias humildes y se ganaban la vida chambeando (trabajando) como ellos decían, en lo que encontraban. Lo único malo, que las muchachas estaban de vacaciones y todo este rollito era para disfrutar la estancia sin lucro de compromiso.


-Venga bajemos a tomar el sol y a beber algo fresquito - dijo Tina.

-¿No te dolía todo el cuerpo? pregunto Saray.

-Esto es como cuando vas al gimnasio, al principio te duele todo, pero al otro día tienes que volver a hacer ejercicios y se te va el dolor.

-Dices cada cosa Tina ¿De donde sacas tanto imaginación tu?

Siempre hay razones para soñar ( Parte 1Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora